Desde la “cuarta ola” que genera un mar embravecido, la ‘Escuela Hamodi’, relativa a la nueva generación de féminas que ha dado un paso al frente en el 8-M, imparte feminismo a todas horas. A pesar de ese levantamiento, todavía hoy tienen que escuchar “a Jerusalén os mandaba yo”. Mala señal, algo sigue sin funcionar…
En este Cape Diem semanal para las mujeres sorianas y españolas, cuando cae la tarde del 8-M en la capital de Soria, una mujer vestida de negro, tan negro como su pelo azabache, da una lección de feminismo en el Collado. En plena calle, antes de que se abarrote el corazón de la ciudad con nuevas y antiguas generaciones de féminas, Carolina Hamodi Galán (Doctora en Innovación, en Educación, Máster en Ciencias Sociales para la Investigación en la Educación, profesora de Sociología y Trabajo Social en la Uva) no templa la voz el día clave para subir el tono, la tarde-noche de otra jornada histórica para Soria: el 8 de marzo.
‘La Pasionaria’ de la UVa es transparente; la Mercedes Fernández del ‘Cuéntame’ soriano aboga por "buscar un mundo más igualitario por el bien de todos y todas" frente a la nueva plaza de las Mujeres. Hamodi adelanta a Dolores Ibárruri y a Ana Duato por la izquierda. Y es que Carolina surfea "en la cuarta ola" del feminismo nacional. ‘Rompedora’, mujer y batalladora, "en todas mis formaciones, digo lo mismo: ¡no vais a poder cambiar el mundo, pero sí vuestros trocitos de realidades!". La nueva generación de sorianas, representadas en esta ocasión por Hamodi, no se callará ni pasará una más. Aunque todavía impacten de lleno con él, en lo alto del muro de las lamentaciones se atisban tres conceptos fundamentales: concienciación, sensibilización e igualdad (real y plena) de género, con la que el país puede llenarse la boca, pero que aún le queda lejos. Hamodi simboliza el azote de la nueva guardia, la cual intenta lavar las legañas a la Soria más rezagada.
Por cierto, no buscan la comprensión y la lástima de nadie, sino que persiguen lo que por ley les pertenece, la paridad y la equidad completas.
Soria Noticias: Perdone, antes de librar una nueva batalla, ¿dónde nos encontramos ahora mismo?
Carolina Hamodi: (ríe) Para mí, en la plaza de las Mujeres. Ya está reconocida como tal. Sólo queda que se haga oficial. Esto es como la RAE, que reniega y reniega. Se niega a incluir términos como sororidad o cambiar el concepto de sexo débil. Pero si la sociedad lo pide, va a tener que ser así.
SN: La revolución será feminista…
C.H: O no será. Es así. El otro día me reí muchísimo. Di una conferencia en la Asociación de Amas de Casa y pregunté si recordaban una revolución tan grande (como la feminista). La media era de 85 años y oí unos rumores… ¡Las manifestaciones de la Soria Ya me dijeron! A nivel mundial, manda la revolución feminista. Es así: será y está siendo.
SN: Según la ONU, van a pasar 100 años para que se cierre completamente la brecha de la desigualdad global de género; 200 años pasarán antes de que se alcance la paridad económica. Demasiado tiempo, ¿no?
C.H: La paridad legislativa está. Bien, de acuerdo. Sin embargo, la realidad nos dice otra cosa: en la Agenda para 2020 de la Junta de Castilla y León se profundiza sobre la brecha salarial que ahora ¡es bestial! 3.000 euros de diferencia entre hombres y mujeres de todas las franjas de edad. La ley es una cosa y la realidad es otra. Los datos nos muestran que todavía no vivimos en una sociedad igualitaria. Hasta que eso no se remedie no vamos a parar.
SN: ¿Qué le dicen estos tres términos, brecha salarial, techo de cristal y violencia de género? Algunos de los archienemigos de la mujer soriana y española.
C.H: Las tres cosas forman parte de lo mismo, de la sociedad patriarcal. (Piensa y reflexiona) La brecha salarial y el techo de cristal lo sufren todas las mujeres y la violencia de género a veces no es tan visible; acaba siendo la punta más fuerte del iceberg. Los tres conceptos son patas del mismo banco.
SN: Una palabra más amable para una académica como usted, sororidad. ¿Cree que se arraigará tal concepto?
C.H: La RAE la está empezando a reconocer (ríe). Es un término relativamente reciente. ‘Sor’, de hermanas. La sororidad es un indicativo muy potente de lo que es la cuarta ola del feminismo. Términos que nacen y le sirven mucho a las ciencias sociales y al feminismo. Como cuando se le puso nombre o se ‘inventó’ el término género, el cual antes no existía. Nos ayudan para seguir avanzando.
SN: Durante el 8-M, la calle ha sido conquistada por las mujeres. Usted, a quien le pilla tan de cerca el sector estudiantil, ¿cómo ha vivido ese nuevo golpe en la mesa del vértice joven?
C.H: Hay gente que apunta que se produjo en 2014, el tren de la libertad. Pero para mí, el súper punto de inflexión se produce en 2018 y 2019. El año pasado estuve en Suramérica y no lo pude vivir en España. Estoy súper ilusionada porque Soria es una ciudad muy parada para todo y esta mañana había muchísimas chicas jóvenes.
SN: Es decir, la han liado parda.
C.H: Desde el punto de vista de la Universidad, estoy muy feliz. Veo que hay mucho interés. Atisbo un movimiento interesante. Vamos a ver si se prende una asociación feminista y universitaria. A ver si nace… Hasta ahora, nunca me había encontrado con esto y estoy muy contenta. Tiramos hacia adelante.
SN: Usted no para quieta ni un segundo. A la que nos despistemos, ya estará de nuevo en América Latina.
C.H: En los ejercicios 2017 y 2018 estuve en Chile y a finales del 2018, en Argentina. A principios de 2019 he estado en Guatemala, donde he realizado formación para docentes en materias de igualdad; en Chile, trabajando sobre un proyecto contra el acoso sexual en la universidad. La normativa española está mucho más avanzada en ese sentido. Se ha destapado esa alfombra que escondía todo ese acoso y esa violencia hacia las mujeres. En América lo estamos intentando…
SN: Volviendo a Soria, ¿la ‘Escuela Hamodi’ cuenta con adeptas? Es decir, ¿las sorianas se encuentran la misma casilla en la que está usted?
C.H: Sí. Trato con muchas jóvenes (en el Campus, en Soria, en ‘Rompedoras’, etc.). Cada vez me sorprenden más… ¡Tienen las cosas claras! Pero hay que saber guiar hacia dónde va todo esto. El feminismo actual es muy diverso. No es como en la primera ola, cuando todo estaba muy enfocado o como en la segunda ola, cuando todo estaba enfocado al voto. Ahora, se ha fragmentado: algunas mujeres no quieren que los hombres sean feministas. Hay muchas brechas y eso puede provocar que se diluyan fuerzas.
SN: Vaya…
C.H: Lo importante es luchar contra el patriarcado y avanzar en la igualdad real, no en papel.
SN: Papel mojado y crudeza social en Jerusalén, donde algunos hombres han increpado este 8 de marzo a las jerosolimitanas que querían rezar y/o pedir en el Muro de las Lamentaciones.
C.H: ¡Se me ponen los pelos de punta! No hay que irse hasta Jerusalén. Hoy, un hombre muy desafortunado nos ha gritado que ‘No deberías estar aquí. A Jerusalén os mandaba yo’. En mi realidad, todavía hay muchas cosas que cambiar, las cuales veo día a día. Lucho por lo que tengo al lado. En todas mis formaciones, digo lo mismo: ¡no vais a poder cambiar el mundo, pero sí vuestros trocitos de realidades! Me parece terrible que en 2019 se recorten los derechos y las libertades de las mujeres. Son inconcebibles.
SN: Sin meterse en fregados políticos, ¿pero le asusta que los partidos hagan suya la causa feminista para llevársela a su correspondiente campaña?
C.H: Eso es así. No me da miedo. Las feministas debemos contar con ello y aprovecharlo. En Chile pasaba, a los políticos les daba igual la causa feminista o el acoso en la universidad, pero institucionalmente y económicamente nos apoyaban para trabajar. Lo importante es eso, que nos dejen trabajar y avanzar. No me dan miedo los que nos harían avanzar por postureo. Me da mucho más miedo la derecha radical, que nos haría retroceder y nos cortarían los avances.
SN: Conciencia, sensibilidad y empatía. ¿Piensa en la compasión?, ¿buscan dar pena?
C.H: No, no y no. Se tiene que generar una empatía de verdad. Que los hombres cedan sus espacios de poder. Vamos a buscar un mundo más igualitario por el bien de todos y todas. No cabe la compasión; no creo que sea la forma.
SN: Entonces, ¿cómo resume Hamodi esta Guerra de las Galaxias?
C.H: Es la búsqueda por la igualdad real. Es lo único que queremos. Salir a la calle sin miedo, percibir lo mismo en un trabajo, convivir con una pareja sin miedo a que te puedan tratar mal. Es decir, igualdad; ¡nada más!