Desde Infantil a Secundaria, la fundación educativa escolapias apuesta por técnicas y espacios donde desarrollar la creatividad, el análisis y la investigación preparando a las nuevas generaciones para un futuro donde el pensamiento crítico es fundamental.
Enseñar a pensar es preparar a los alumnos para que en un futuro puedan resolver problemas con eficacia, tomar decisiones y disfrutar de toda una vida de aprendizaje.
En Escolapias la apuesta pasa por generar una ‘Cultura del Pensamiento’ por lo que el afán docente se esmera en proporcionar al alumnado variados espacios y oportunidades de aprendizaje.
En la actualidad, los estudiantes reciben abundante información, en todos los ámbitos, por lo que es preciso formarlos en el desarrollo de un juicio crítico, a la vez que también en un pensamiento creativo que les capacite para tomar decisiones de forma efectiva a lo largo de su vida.
“La mayor parte de las personas tenemos las habilidades, actitudes y alertas de pensamiento sin desarrollar. Por esta razón, es indispensable que los niños y jóvenes aprendan a desarrollarlas y a ponerlas sobre la mesa” comentan responsables del colegio.
Por ello, el Proyecto Educativo de Escolapias integra la enseñanza del pensamiento en la trasmisión de los contenidos. Y lo hace través de trabajos como la indagación, la curiosidad, el juego de ideas y el análisis de temas complejos, donde los alumnos se van transformando en ser más conscientes de su proceso de aprendizaje. Desde Infantil hasta Secundaria, el Santa Teresa de Jesús trabaja sobre las rutinas y destrezas de pensamiento, la metacognición, los hábitos de la mente, y la visualización del pensamiento o ‘Visual Thinking’.
En Escolapias la capacidad de decisión, dando a los alumnos las herramientas necesarias para tomar decisiones con destreza, es una de las prioridades.
Uno de los principios pedagógicos que supone la base en la que se asienta el proyecto educativo es erigir en protagonista al alumno de su aprendizaje. Para ello es necesario procurar, y a la vez, provocar, situaciones que le impliquen y le animen a pensar.
“Pensar implica ser creativo generando ideas; ser crítico, sabiendo analizar y evaluando ideas”, afirman, en el colegio. Y materializar todo esto de manera rigurosa y atenta debe llevar a “pensar cuidadosamente”. Estos son, además, los pasos previos que posibilitan la toma de cualquier decisión.
Así, con mayúsculas, Pensamiento, Comunicación y Colaboración son conceptos definidos por Robert Swart, una de las personas más influyentes en el mundo educativo actual- como las piedras angulares de las nuevas aulas del pensamiento. Para favorecer el desarrollo de las mismas, en el colegio compatibilizan las rutinas y habilidades de pensamiento con el aprendizaje cooperativo, “ya que la interacción grupal favorece la reflexión sobre nuestras ideas”, describen.
Gracias a esto, los alumnos aprenden de una manera más motivadora aquellas destrezas que les van a permitir la construcción de respuestas de forma adecuada, siempre en función a las demandas que a día de hoy exige la sociedad, tomando parte, integrándose en ella de manera activa a través del pensamiento.
Enseñar a pensar es la razón de ser de la escuela del siglo XXI. Según esta premisa, resulta difícil imaginar un objetivo educativo más esencial que la enseñanza y el aprendizaje, y paralelamente, asentar el cómo pensar y razonar con mayor eficacia de lo que habitual y cotidianamente hacemos.
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