La opinión de Carlos Lafuente, empleado público y contertulio.
¿Y ahora qué? Esa parece que es la pregunta que os hacemos después de la concentración de sorianos en La España Vaciada (¡ojo!: decimos vaciada y no vacía). Parece que en la población hay un consenso en lo que hay que hacer. Y los políticos, como gestores de la cosa pública, visualizan esas soluciones. Tal vez por esto, habría que retomar la propuesta surgida en su día del PSOE de hacer un programa común de mínimos, que todos los representantes políticos se comprometan a llevar a cabo allá donde tengan representación.
Y ya sabemos que muchas veces esa defensa hay que hacerla ante los propios correligionarios. Que se lo digan a Virginia Barcones, o Luis Rey o Carlos Martínez, que a saber las veces que han aporreado las puertas de los ministerios. Hay que usar los cargos para vertebrar esta provincia, no para mayor gloria propia. Hay que poner nuestro bagaje al servicio de Soria, no construir a costa de Soria nuestro bagaje. Hagamos de Soria nuestro objetivo y echemos a los que lo consideran su trampolín. Obras son amores, como el Consejo de Ministros del viernes pasado.
Es hora de la acción, ya estamos en el día después. Tenemos los mimbres, reconstruyamos Soria. Es nuestra hora, la de los todos los sorianos. Soria ya empieza a creérselo, y a reivindicarse. Entonces la concentración ha servido. ¿o no?