La costrada de pastelería Venus es toda una tradición en los hogares sorianos. La mantequilla dulce con tomillo o lavanda demuestra que la innovación es un éxito.
Soria es una provincia con una gran tradición repostera. Los sorianos son personas muy dulces y eso lo saben bien en pastelería Venus. Aquí están a punto de cumplir cuatro décadas dedicados a elaborar los mejores postres y endulzar la vida de sus clientes. Personas que confían en su maestría con los ingredientes y que repiten, sin duda, porque “el trabajo artesano y con mimo nos avala”, explica José Carnicero, el responsable de la pastelería.
Son famosas sus costradas, de nata y crema. Un auténtico capricho para el paladar que derrite a todos a su paso. En esta época no se puede uno olvidar de sus torrijas, con todo el sabor de la tradición que suma al toque identitario de la casa que las hace únicas.
Pero en Venus saben de la importancia de ir siempre un paso más allá y adaptarse a los nuevos tiempos. Una de las novedades que más sorprenden son los bombones de ginebra con trufa negra de Soria. “Están gustando mucho porque nadie se imagina lo bien que encajan unos sabores que, a priori no tienen nada que ver”. La cara de los que los prueban son el mejor comprobante de que no se ha errado en la apuesta. La sonrisa delata al sabor.
Además, en los últimos tiempos se están “explotando los productos endógenos de la mano de la mantequilla de la zona”.
Las pruebas en innovación resultaron todo un éxito y la combinación del producto lácteo con el tomillo o la lavanda están captando todavía más adeptos a la marca Venus.