El obispo bendice los santos óleos que sirven para la unción de bautizados, confirmados así como enfermos y sacerdotes, en la impartición de los sacramentos.
Hoy, miércoles 17, Miércoles Santo, puerta de los tres días de Pascua, la Diócesis de Osma-Soria ha celebrado la Santa Misa Crismal en la Catedral de El Burgo de Osma a las doce del mediodía. La solemne concelebración eucarística ha estado presidida por el obispo de Abilio Martínez Varea y con él han concelebrado más de 70 presbíteros diocesanos y algunos religiosos, entre ellos el abad de Santa María de Huerta.
Antes de la misa, a las once de la mañana, los presbíteros han participado en la celebración penitencial en la capilla de Santo Domingo del Seminario diocesano.
La Misa Crismal, que el obispo celebra con su presbiterio, y dentro de la cual consagra el santo crisma (la palabra crisma proviene de latín chrisma, que significa unción) y bendice los demás óleos, es una profunda manifestación de comunión de los presbíteros con el propio prelado. Con el santo crisma consagrado por el obispo, se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados, y se ungen las manos de los presbíteros, la cabeza de los obispos y las iglesias y los altares en su dedicación. Con el óleo de los catecúmenos, éstos se preparan y disponen al bautismo. Con el óleo de los enfermos, éstos reciben el alivio en su debilidad.
Para esta liturgia se reúnen y concelebran en ella los presbíteros, puesto que en la confección del crisma son testigos y cooperadores del obispo, de cuya sagrada función participan, para la construcción del pueblo de Dios, su santificación y su conducción: así se manifiesta claramente la unidad del sacerdocio y del sacrificio de Cristo, que se perpetúa en la Iglesia.
Al término de la celebración, todos los presentes han compartido la comida de fraternidad en los comedores del Seminario diocesano.