La cofradía penitencial sale a las calles de la ciudad con la efigie del Mesías recordando una de las escenas de la Pasión de Cristo.
A las ocho de la tarde partía del emblemático templo románico de Santo Domingo la procesión del Ecce Homo, de la hermandad procesional del mismo nombre. Un recorrido que como cada Miércoles Santo hace protagonista a Cristo ante Poncio Pilato, gobernador de Judea que pronunció entonces las conocidas palabras "He aquí el hombre", ante una muchedumbre que pedía la crucifixión del Mesías.
Silencio y sobriedad castellana para una comitiva que se dirigía hacia la concatedral de San Pedro no sin antes atravesar el centro de la ciudad ante cientos de personas y bajo un cielo gris, aunque con buena temperatura y sin precipitaciones.
El recorrido se prolongaba después hacia la ermita de San Saturio, en una procesión posterior en la que se ha orado el Vía Crucis, paralelamente al Duero, hasta acabar en templo del patrón de la ciudad.