Según el hermano mayor, Jesús Magaña, es la segunda vez en la historia de la cofradía que el mal tiempo obliga a suspender la procesión.
Las cornetas han sonado, los tambores han replicado, los cofrades han llevado a la Verónica, los penitentes han arrastrado las cruces y los fieles han seguido el viacrucis. La lluvia, que no ha dejado de caer durante toda la mañana en la capital del Duero, ha impedido a la cofradía de las Caídas de Jesús salir a la calle. Los más antiguos de la hermandad solo recuerdan una ocasión en la que el mal tiempo impidiese procesionar a la cofradía con sede en la Concatedral.
Y allí mismo, entre los muros de la Concatedral de San Pedro ha sido donde, tras esperar los oportunos 30 minutos, la cofradía ha celebrado su Vía Crucis de Penitencia. Entre la sexta y la séptima parada la talla de la Verónica ha sido portada por los cofrades dando la vuelta al tempo hasta encontrarse con el paso titular de la cofradía. Fieles y curiosos abarrotaban los asientos centrales del templo capitalino más grande mientras el párroco leía las estaciones de penitencia desde el altar.