El campeonato incluye tres pruebas en el mismo saco los días 11 y 12 de mayo por la provincia castellana: el Trofeo Numancia, el de Soria, ‘Ciudad Europea del Deporte’, y el de Fuencaliente.
Este próximo fin de semana –sábado 11 y domingo 12 de mayo–, el ciclismo de Soria se enfrenta a tres citas deportivas, incluidas dentro de una misma competición, el Challenge Máster Soria.
Así pues, el Trofeo Numancia inicia este frenético fin de semana a pedales el sábado 11 de mayo. Se le dará continuidad, el mismo sábado por la tarde, al Challenge Máster, que discurre por diferentes puntos de la geografía soriana, con el Trofeo Soria, ‘Ciudad Europea del Deporte’. El Trofeo Fuencaliente (El Burgo de Osma), que debe disputarse el domingo 12 de mayo, determina el fin de trayecto de esas tres etapas ciclistas del Máster soriano.
El Trofeo Numancia, primera parada del Challenge Máster Soria. Dicha prueba, con un ascenso total de 284 metros, se inicia desde el parking San Polo (N-234). La salida, en llano, deberá encaminarse hacia la entrada al polígono industrial de Valcorba, donde comienza la rampa continúa, preámbulo de la estrecha subida final, con firme descarnado e irregular. Se alcanzará, en su punto más alto, la Sierra Santa Ana. El Trofeo Numancia está dotado de unos 7 kilómetros.
La segunda etapa, en el Trofeo Soria, ‘Ciudad Europea del Deporte’, resulta ser más exigente y más dura que la anterior. Prueba de ello son los 88,2 kilómetros que estructuran la segunda prueba del Máster de Soria. Con un ascenso total de 1.437 metros, los ciclistas coronarán tres puertos sorianos. La segunda etapa discurre por Garray, Velilla de la Sierra, Almajano, Renieblas, Magaña o Narros. Finaliza haciendo una travesía por la capital de Soria, hasta alcanzar su plaza Mayor.
Más kilómetros en la tercera y última etapa del Máster ciclista. Con un total der 99.05Km y un ascenso genérico de 1.231 metros, en Fuentecliente de El Burgo de Osma se inicia esta explisiva prueba, una auténtica rompepiernas. La VI edición de esta competición enseña su lado más crudo. Dureza en velocidad y repechos en este terreno burgense, en el que nadie se puede confiar en un circuito a tres exigentes vueltas. La amenaza del viento siempre está presente.