La opinión de Roberto Vega, entrenador de base.
El primer fin de semana de mayo además del alboroto del Catapán y del trabajo extra de los barrenderos también aportó el XXVII Open Ajedrez Almazán y el VII Torneo Infantil Escuela de Ajedrez Soria.
Cielo añil. Aire frío del norte advirtiendo “hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”. Algunos frutales y palmeras en flor. Buscaba sendas por la Sierra de San Marcos cuando escuché, allá por los encinares del Barrancón Los Royales, sirenas de la policía local controlando la salida de la TAD hacia la Sierra de Santa Ana.
El Golmayo bajaba transparente. Los Royales son un paraíso medioambiental donde me indignan dos botellas de plástico y una lata de cerveza que recojo cargando con ellas hasta depositarlas en la papelera del puente medieval junto al viaducto.
Baja el Golmayo con plásticos y desovan los peces por la Rumba desde donde columbro la ascensión en hilera multicolor de atletas de la montaña hasta las antenas.
Cielo añil. Quema el sol. Aire frío del norte también en el Parador de Turismo donde Ángel Almazán, Carmelo Romero y J.L. Corral conversan sobre Alfonso el Batallador y la encrucijada de caminos que siempre ha sido Soria.
¿Oísteis fluir como yo, Duero arriba desde Los Rábanos, el recital de Sochantría íntegramente en femenino?