La investigación, desarrollada por el IOBA con la colaboración del IBGM, emplea un tipo de células madre muy versátil, que elimina los rechazos en los trasplantes celulares convencionales y disminuye costes.
La Universidad de Valladolid, a través del Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) y del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM, centro mixto UVa-CSIC), ha realizado el primer ensayo en ojo humano en el mundo de una nueva terapia celular para un grave grupo de enfermedes que producen ceguera corneal, agrupadas bajo el término de deficiencia de células madre limbares. El estudio ha comprobado la eficacia y ha corroborado la seguridad del tratamiento con células madre mesenquimales, que son capaces de diferenciarse en células de diferentes partes del organismo, procedentes de la médula ósea de donantes vivos. La investigación ha contado con la financiación entre otros organismos del Centro Regional de Medicina Regenerativa y Terapia Celular de Castilla y León, de la Consejería de Sanidad, y el CIBER-BB.
Este estudio ha sido presentado esta mañana por el rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo Cabrerizo, acompañado por el consejero de Sanidad de la Junta, Antonio María Sáez Aguado. En la rueda de prensa han estado presentes también el director del IOBA, Miguel Maldonado, y las catedráticas Margarita Calonge y Ana Sánchez, coordinadoras del estudio.
El síndrome de deficiencia de células madre limbares conduce a la ceguera por opacidad de la córnea. A pesar de la gravedad de sus efectos, es una enfermedad ocular con una incidencia difícil de estimar. Se calcula que se producen unos 500 casos nuevos al año en España. Es más habitual en adultos jóvenes (entre 35 y 55 años) y entre las causas que lo originan están las quemaduras químicas (en Europa generalmente asociados a accidentes laborales en la industria), enfermedades inflamatorias inmunes, las enfermedades infecciosas graves, procesos fracasados de trasplante de córnea y otras cirugías, el abuso mantenido de lentes de contacto o la aniridia congénita.
Existe ya un tratamiento para este síndrome con células madre limbares procedentes de un ojo donante y que la Universidad de Valladolid ofrece desde hace unos años. Sin embargo, el procedimiento para la obtención del tejido y la subsiguiente preparación del producto celular son costosos y el paciente requiere de una medicación inmunosupresora para evitar el rechazo. El equipo de investigación del IOBA, dirigido por la catedrática de Oftalmología Margarita Calonge, se fijó en unas prometedoras células madre, denominadas mesenquimales, y ya empleadas en la regeneración de otras partes del cuerpo como los huesos. El ensayo clínico, publicado recientemente en la revista científica Translational Research, contó con la colaboración de otro grupo de investigadores en el IBGM, donde se fabrica el producto de terapia avanzada. Este equipo es pionero en el uso de este tipo de células madre en otras aplicaciones como la regeneración del disco intervertebral.
El trabajo de investigación comprendió un total de 37 trasplantes a pacientes con severa afectación corneal por deficiencia de células madre limbares de manera que otras posibles modalidades terapéuticas ya habian fracasado y solo cabía realizarles este tipo de terapia celular. El estudio empleó el sistema de doble enmascaramiento, un procedimiento por el que ni el equipo de investigación ni el paciente saben hasta ver los resultados si se emplea la terapia experimental o la convencional, en este caso con células madre procedentes del limbo esclero-corneal, límite entre la córnea transparentey la parte blanca del ojo. Los resultados arrojaron porcentajes de éxito cercanos al 90%, superiores al tratamiento celular convencional.
“Demostramos que las células madre mesenquimales de médula ósea tenían ventajas indudables sobre las procedentes del ojo y eran, además, más eficaces", resume Margarita Calonge, investigadora principal, por lo que estos resultados abren la puerta a la mejora de los tratamientos de los pacientes con deficiencia de células madre corneales. “Las células madre mesenquimales no son rechazadas en el ojo de la persona intervenida, tienen excelentes propiedades inmunomoduladoras y, además, el proceso de preparación del producto celular se reduce de 5 semanas a 5 días, con el enorme ahorro que esto supone. Para esta indicación, se realizó “una deriva de los protocolos" que ya había desarrollado el equipo del IBGM en terapias de regeneración ósea, explica su responsable, la catedrática Ana Sánchez. “Las células madre mesenquimales empleadas en el estudio, denominadas MSV, son propias de Citospin, una empresa de base tecnológica creada en el seno de la UVa", recuerda Ana Sánchez.
Tras dar a conocer el avance a la comunidad científica y, anteriormente, a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), quien autorizó previamente el ensayo clínico, la Universidad de Valladolid, a través del IOBA, se ha iniciado el procedimiento de solicitud de autorización de uso para esta nueva aplicación a la AEMPS. Este organismo público se encarga de supervisar y conceder las licencias para las nuevas terapias sanitarias. Cuando se haya obtenido este permiso, la nueva terapia celular pasará a formar parte de la cartera de servicios de la UVa.
Por su parte, Cistospin tiene solicitada la patente internacional sobre el protocolo de distribución de células madre mesenquimales de Valladolid (MSV), que comprende la criopreservación, la revitalización y el transporte de este material biológico.
Además del apoyo económico de la Junta de Castilla y León a través del Centro Regional de Medicina Regenerativa y Terapia Celular de Castilla y León, la investigación ha contado con la financiación del Programa de Terapias Avanzadas del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN), del Instituto de Salud Carlos III y de la Red Española de Terapia Celular.