RUTAS
Actualizado 21/06/2019 08:39:34
Patxi Veramendi

El final de la primavera suponía el regreso de los ganaderos trashumantes a la provincia, un momento muy esperado en tierras altas, donde la ganadería ha sido fundamental y marca la cultura y la personalidad de los paisajes y de los pueblos. Esta ruta es un viaje al corazón de las tierras trashumantes del entorno de la Cuenca Alta del río Cidacos, en las sierras de alba y de montes claros.

Conocer los paisajes y los pueblos de la trashumancia de la zona de Oncala y de las sierras de Alba y de Montes Claros, es adentrarse en el alma de una parte importante de la provincia. Llega junio y vuelven los ganadores de los pastos extremeños y manchegos. Bueno, más concretamente dos ganaderos, que son los trashumantes que quedan activos en la provincia.

Nunca Soria tuvo tanta importancia social y económica, que durante el tiempo que la institución de la Mesta tuvo una especial influencia y trascendencia en España. Sorprende ver los blasones y grandes casonas de Tierras Altas, o los pequeños pueblos de sillarejo y lajas de piedra, apostados a la vera de las sierras peladas, que fueron -y aún los son- pastos inabarcables para merinas y vacuno.

Esta ruta nos lleva hasta Oncala. Ahí conviene visitar el centro de interpretación sobre la trashumancia, que nos acercará a su cultura y a las gentes que han vivido tradicionalmente de esta actividad tan dura.

Después, hay que volver a la carretera del puerto, a la SO-615, en dirección a Villar del Río, para enseguida coger a la izquierda la carretera que va hacia Santa Cruz de Yanguas, (la SO-P-1003), que se adentra al fondo del valle que conforman las sierras de Alba y de Montes Claros.

Es una zona muy despoblada, con pintorescos pueblos ganaderos de un caserío singular hecho con sillarejo de piedra, que es el sello de la arquitectura tradicional de Tierras Altas.

Entre cordeles y la Cañada Real Soriana Oriental, irán apareciendo las localidades de Los Campos (cerca nace el río Cidacos), Las Aldehuelas, Valloria, Vizmanos o Villartoso, hasta llegar a Santa Cruz de Yanguas. Este pueblo, junto a la Sierra de Cebollera y al Piqueras, destaca por la belleza de los bosques que lo rodean (tiene centro de interpretación). Santa Cruz está a una hora de Soria y a 50 kilómetros, por una carretera muy sinuosa. Se puede regresar por Villar del Río.

Señalar que esta zona forma parte de la ruta de las huellas de los dinosaurios.

Puntos claves

Oncala. Hay que recorrer los dos barrios diferenciados de este bello pueblo serrano -conocido por su feria del acebo en diciembre- y visitar el centro de interpretación sobre la trashumancia, que permite entender mejor la vida de los pueblos ganaderos de la zona. También ofrece un museo de tapices en su iglesia.

Los Campos. Es el símbolo de la trashumancia, puesto que aún mantiene un ganadero. Celebra la fiesta de la trashumancia. En las cercanías nace el río Cidacos, que discurre en dirección a las tierras riojanas de Arnedo. Es el primero de varios pueblos por los que se pasa.

Santa Cruz de Yanguas. Sirve de final de la ruta. Destaca por la belleza de algunos parajes naturales del entorno, entre pinares, hayedos o acebales. Está el parque del Vardel, a la orilla del río Baos. Hay merenderos, y es el enclave de uno de los yacimientos de huellas de dinosaurio de la zona. Cuenta con un centro de interpretación sobre los bosques que hay alrededor, y tiene bar.

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