El esposo de Su Alteza Real Doña Margarita de Borbón y duque de Soria alaba en el acto académico de la Fundación el relevo que se está produciendo en la entidad, después de 30 años de andadura.
Esta tarde de miércoles, la capital acogía el acto académico de la Fundación Duques de Soria, con la presencia de sus titulares, Doña Margarita de Borbón y su esposo, Don Carlos Zurita. La cita, además de los discursos inaugurales en el Aula Tirso de Molina, también comprende la exposición en La Audiencia 'Martín Giraldo. Pinturas'.
Un acto en el que Zurita ha agradecido el apoyo de Universidad de Valladolid por el mantenimiento de las instalaciones, sede de la Fundación y también residencia estudiantil. De igual modo, ha repasado el tiempo que lleva en camino la entidad que sigue abogando por "profundizar en los valores universales de nuestra cultura, y cuidar de nuestro patrimonio cultural".
Zurita ha indicado además que "el entusiasmo personal" de los fundadores "empieza a encontrar su relevo en quienes desde su juventud comparten los mismos ideales y objetivos" que inspiran la razón de ser de la institución, y ha recalcado también que "para las instituciones el tiempo no equivale a envejecimiento".
Por último, no ha querido dejar aparte uno de los campos en los que la Fundación dedica sus esfuerzos, y que es el hispanismo, en el que se encuentran agrupados más de 500 millones de personas. Una cultura que debe de hacerse visible en el mundo "por los valores trascendentes que la inspiran".
El discurso completo es como sigue:
"Excelentísimas e ilustrísimas autoridades, señoras y señores.
Para mi esposa la Infanta Margarita y para mí es siempre motivo de gran satisfacción venir a Soria, y más con ocasión de este acto académico anual, en el que revisamos algunos hitos de la marcha de nuestra Fundación.
En primer lugar, queremos agradecer la presencia aquí de todos ustedes, tanto como hemos agradecido la de quienes nos han acompañado hace una hora en la sala de exposiciones del Palacio de la Audiencia, generosamente cedida por el Ayuntamiento como en años anteriores, para acoger esta vez una selección de pinturas de don Alberto Martín Giraldo, presente en este acto, que ha tenido la amabilidad de cederlas temporalmente a la Fundación para que disfruten con ellas en Soria los amantes del arte.
En este acto académico tenemos que celebrar que hace menos de un mes firmamos con el Rector de la Universidad de Valladolid, Don Antonio Largo, que no ha podido acompañarnos hoy, y que está representado por el Vicerrector Don José Luis Ruiz Zapatero, una renovación de nuestro acuerdo de más de veinte años, para que Soria pueda seguir contando con su única residencia universitaria, ubicada en este mismo Convento de la Merced. Este convento histórico lo cedió generosamente a nuestra Fundación la Diputación de Soria, cuyo presidente, Don Benito Serrano, nos acompaña hoy. Esa cesión se hizo hace treinta años y gracias a ella, hoy dan vida a estas viejas piedras, junto con nuestra Fundación, la Residencia Universitaria, el Centro Internacional Antonio Machado, la Asociación Internacional de Hispanistas y -desde este año- el Observatorio Permanente del Hispanismo que precisamente vamos a presentar la semana próxima en el Congreso internacional de hispanistas reunido en Jerusalén. Ese congreso se recordará no solo porque en él iniciará su andadura el Observatorio, sino porque en ese marco tan cargado de simbolismo se va a materializar la incorporación de la lengua ladina y de la cultura sefardí a la gran familia del hispanismo mundial.
Nuestra Fundación pasa ya de las tres décadas de vida, y lejos de languidecer (como podría temerse por la edad de quienes participamos en su creación), está reactivándose con nuevas iniciativas, y con la recuperación de tradiciones como la de atribuir en la Real Academia de la Historia la titularidad de la Cátedra Luis García de Valdeavellano de Historia de España a quienes por sus estudios y trabajos lo hayan merecido. Este año la Cátedra ha recaído en la académica de la Historia Doña Carmen Sanz Ayán, que la semana pasada nuestro Patronato ha tenido el acierto de incorporar a sus filas, y que por ello nos acompaña aquí.
El tiempo pasa, sin duda, para las personas como para las instituciones. Pero para las instituciones el tiempo no equivale a envejecimiento, sino a consolidación y solidez. En el caso de nuestra Fundación, el entusiasmo personal de quienes la fundamos empieza a encontrar su relevo en quienes desde su juventud (siempre relativa) comparten los mismos ideales y objetivos con que la Fundación inició su trayectoria. Por eso, rejuvenecer nuestras iniciativas es una de nuestras principales prioridades.
Hoy, como hace tres décadas, ampliar el campo del conocimiento, profundizar en los valores universales de nuestra cultura, y cuidar de nuestro patrimonio cultural común para enriquecimiento de las siguientes generaciones, son ideas que siguen plenamente vigentes, y por las que nuestra Fundación, con o sin sus fundadores, va a seguir permanentemente apostando.
Con constancia y determinación estamos consiguiendo atraer a una generación más joven hacia áreas que no están de moda porque no atraen la atención pública, pero que sin duda son la base verdadera de ese futuro mejor que todos queremos, aunque muchas veces dudemos sobre cómo alcanzarlo.
Una de las áreas que centra la atención de nuestra Fundación aunque pase desapercibida para una amplísima mayoría de los más de quinientos millones de personas que formamos parte del mundo hispano, es el hispanismo internacional.
Desde la Fundación hemos prestado en todo momento atención preferente a ese colectivo, y esa atención culminó en septiembre pasado con un homenaje de reconocimiento y gratitud del mundo hispánico a los hispanistas que no siendo hispanos dedican su vida profesional a estudiar y difundir los valores de nuestra cultura, que es universal en buena medida gracias a ellos. Su Majestad el Rey nos honró haciendo Suya esa iniciativa, y presidiendo el homenaje.
En la gestación y realización de ese merecidísimo homenaje fue crucial la labor de uno de nuestros patronos, el hispanista francés (y bretón) Jean François Botrel, que va a pronunciar hoy la lección magistral de este acto, en torno al tema, que conoce muy bien, de cómo se perciben a sí mismos los hispanistas, y cómo el mundo hispánico les percibe a ellos.
El año pasado les decía que a raíz del homenaje al hispanismo internacional que estaba en preparación, la fundación esperaba poder crear un Observatorio Permanente del Hispanismo que operara desde Soria para todo el mundo. Así lo acordó el 19 de diciembre pasado nuestro Patronato, y así se comunicará dentro de unos días en Jerusalén a los hispanistas de los cinco continentes reunidos allí.
Termino ya, reiterando, como el año pasado, nuestra plena esperanza en un futuro universal de convivencia en que la cultura recupere el lugar preeminente que le corresponde, y la cultura hispánica se haga visible en el mundo por los valores trascendentes que la inspiran.
Con esa confianza en el futuro, nuestra Fundación seguirá trabajando desde Soria, desde Castilla y León, desde España y desde el mundo hispánico, por un futuro de concordia mundial que permita a las generaciones jóvenes realizar sus aspiraciones.
Muchas gracias a todos por su amable interés"