Un estudio del Investigación en Recursos Cinegéticos concluye que el control poblacional de las especies conegéticas puede reducir la prevalencia de enfermedades.
La actual sociedad, cada vez más alejada del medio rural, la caza se encuentra fuertemente cuestionada a pesar de los argumentos legales, socio-culturales e incluso evolutivos en favor de esta actividad (http://www.irec.es/difusion/divulgacion-cientifica/la-caza-herramienta-clave-control-la-sobreabundancia/).
Otra razón importante para defender la actividad cinegética es su papel sanitario. Un estudio recién publicado en la revista American Naturalist (https://www.journals.uchicago.edu/doi/abs/10.1086/703437?mobileUi=0) sugiere que, cuando una población animal mantiene la circulación de un patógeno causante de enfermedad grave, extraer una proporción de individuos (por ejemplo mediante la caza) puede conducir a un crecimiento compensatorio debido a una liberación de la mortalidad inducida por la enfermedad.
El estudio, realizado por investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de Castilla La Mancha, en colaboración con otros de la Universidad Heriot Watt de Edimburgo, acaba de ser presentado en el congreso sobre caza CICARC (http://cicarc.es/). Como ejemplo, el trabajo analiza la relación entre la caza, el jabalí y la tuberculosis.
Los resultados indican que la caza (el control poblacional) puede reducir la prevalencia de enfermedades y, paradójicamente, aumentar la densidad de la población. Es decir: es preferible cazar más, tener menos tuberculosis y, por tanto, menos mortalidad por enfermedad y menos riesgos de transmisión a otras especies.