Un equipo multidisciplinar formado por estudiantes e investigadores universitarios procedentes de Madrid, Granada, Murcia, Australia y Reino Unido, han realizado durante este mes trabajos de intervención arqueológica dirigidos por el CENIEH con el objetivo de profundizar en los depósitos que albergan ambos yacimientos.
El delegado territorial de la Junta, Manuel López, acompañado del jefe del Servicio Territorial de Cultura, Carlos de la Casa, y el alcalde de Medinaceli, Felipe Utrilla Dupre, ha visitado esta mañana el yacimiento arqueológico de Torralba, donde ha comprobado el avance de los trabajos de excavación que se vienen realizando este mes en un yacimiento que constituye, junto con el de Ambrona, un enclave significativo para el estudio del Paleolítico en Europa.
La Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León ha destinado 9.593,30 euros en esta campaña de excavaciones en Torralba y Ambrona, que se vienen realizando desde el pasado 12 de agosto y que finalizarán mañana.
Con el objetivo de evaluar la potencialidad de los depósitos sin excavar de Torralba y de situar las excavaciones que en los años 60 llevó a cabo el estadounidense Francis Clark Howell en ambos yacimientos, se ha desarrollado una campaña estival de intervención arqueológica bajo la dirección de Susana Rubio-Jara y Joaquín Panera, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH).
En los trabajos participan investigadores del CENIEH como Manuel Santonja, Abel Moclán y de otras instituciones como el geólogo Alfredo Pérez González, del Instituto de la Evolución en África (IDEA), y estudiantes del grado de Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Granada y la Universidad de Murcia. Además, colaboran investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares, la Universidad de Adelaida y Griffith University (Australia) y Heriot Watt University (Reino Unido).
Los trabajos realizados en Torralba han sido mucho más limitados que en Ambrona, motivo por el que esta campaña se va a centrar fundamentalmente en este yacimiento. Torralba tiene una cronología posterior a Ambrona (300.000-200.000 años de antigüedad), pero los útiles líticos se elaboraron con tecnología achelense, como los niveles inferiores de Ambrona, mientras que los de los niveles superiores de Ambrona se corresponden con el Paleolítico Medio. De este modo, Ambrona y Torralba han permitido plantear por primera vez hipótesis respecto a la coexistencia de grupos humanos con distinta tecnología, pertenecientes a distintas especies humanas.
En las proximidades de la estación de ferrocarril de Torralba, entre 1909 y 1911, el marqués de Cerralbo (1845-1922) desarrolló, por primera vez a nivel mundial, las primeras excavaciones arqueológicas de un yacimiento con herramientas líticas elaboradas por una especie humana anterior a la nuestra que aparecían junto a restos óseos de elefante, entre otros mamíferos.
Los resultados tuvieron gran trascendencia en Europa, pues demostraban la contemporaneidad del ser humano con faunas extintas, cuando aún se discutía sobre la naturaleza y la antigüedad de las primeras etapas de la humanidad. Cerralbo continuó con su investigación sobre las primeras etapas de la humanidad entre 1914 y 1916 en Ambrona, situado a 2,5 kilómetros de distancia.
Entre 1961 y 1963, el profesor estadounidense Francis Clark Howell continuó con las investigaciones en Torralba y Ambrona, desarrollando por primera vez en Europa un innovador proyecto interdisciplinar formado por prehistoriadores, geólogos y paleontólogos. A partir de estos trabajos, se consideraron yacimientos gemelos en orillas opuestas de un lago donde los cazadores paleolíticos conducían algunos ejemplares de elefante hacia zonas cenagosas del fondo del valle donde los abatían. De esta manera, Torralba y Ambrona pasaron a formar parte de la iconografía mundial de las tesis que defendían la capacidad cinegética humana desde las primeras etapas.
En 1990, Manuel Santonja y Alfredo Pérez González reanudaron las investigaciones en Torralba y Ambrona concluyendo que son yacimientos completamente diferentes y con intervención humana mucho más limitada que la inicialmente supuesta. Su investigación se centró fundamentalmente en Ambrona, en depósitos de hace unos 500.000-400.000 años con restos de elefante antiguo, uros, ciervos, lobo de Mosbach, león primitivo de las cavernas, hiena y zorro.
Llegaron a la conclusión de que elefantes y uros morirían en etapas de sequía prolongada. La presencia de numerosas herramientas líticas atestigua la intervención de grupos paleolíticos, atraídos por las concentraciones de fauna en las orillas de las pequeñas lagunas características de este paisaje.
La tradición tecnológica reconocida en los niveles inferiores de Ambrona y en Torralba se denomina ‘achelense’ y tiene origen en África del este hace 1,7 millones de años.
Desde 2013 han continuado las excavaciones en Ambrona en niveles de unos 350.000 años de antigüedad depositados bajo un clima más frío con predomino de restos de caballo y herramientas líticas elaboradas con la tecnología característica empleada por neandertales a lo largo del Paleolítico Medio, siendo uno de los yacimientos con esta tecnología de mayor antigüedad que se conoce en Europa.