En Castilla y León se suicidan una media de 200 personas al año, una lacra que se sitúa como la primera causa de muerte violenta en menores de 40 años, muy por encima de los accidentes de tráfico.
El Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León (COPCYL), en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebra mañana 10 de septiembre, reclama profesionales en Atención Primaria para poder hacer un seguimiento de los usuarios como forma de evitar futuros casos. Como señala el decano del COPCYL, Jaime Gutiérrez, “el suicidio no es algo estigmático, sino la consecuencia de distintas enfermedades” que deben ser detectadas en Atención Primaria. Castilla y León registra una media de 200 casos al año y se sitúa como la primera causa de muerte violenta entre menores de 40 años, muy por encima de los accidentes de tráfico o laborales.
Según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente a 2017, en Castilla y León se produjeron 218 suicidios, 71% de hombres y 29% de mujeres; en España la cifra llega hasta los 3.700 y los expertos estiman que los intentos fallidos alcanzan los 8.000 casos. Ante estas cifras, el COPCYL asegura que la Psicología tiene los recursos necesarios para prevenir el suicidio. Una mayor presencia de psicólogos en Atención Primaria permitiría realizar un seguimiento de los casos potenciales y de los intentos fallidos que no han pasado por Urgencias.
"Un tanto por ciento muy elevado de las personas que se suicidan estaba en tratamiento, pero no pueden recibir una atención adecuada porque para eso necesitaríamos muchos más psicólogos en la Sanidad Pública", asegura el vicedecano del COPCYL, Vicente Martín. Los cambios en el comportamiento, ya sean bruscos o paulatinos, o en el aspecto físico, así como problemas en el trabajo, incapacidad para gestionar las emociones o la verbalización de angustia ante la vida son los principales signos de alerta en personas que pueden tener inclinaciones suicidas. La detección de estos indicios es para el COPCYL “primordial” y los servicios de Atención Primaria se convierten en la herramienta más adecuada.
Otra de las demandas del COPCYL en este aspecto es el seguimiento protocolarizado de los casos de suicidio frustrados. “Lo mínimo es que mantengan citas con un especialista cada 15 días. De hecho, deberían seguirse con mucha atención los trastornos de angustia o de ansiedad ya que, aunque no están directamente relacionados con el suicidio, pueden llevar a él”, explica Martín.
Como indica Vicente Martín, el suicidio sigue siendo un tema tabú del que no hablan ni los medios ni la sociedad. “No hay ninguna base real ni estudios serios que concluyan que informar sobre este tipo de muertes violentas causa un efecto dominó, pero los medios son reacios a hablar de ello», explica el vicedecano del COPCYL, quien insiste en que “la prevención y la normalización” de las enfermedades o trastornos mentales es “la mejor arma” para paliar este problema. Según los datos del INE correspondientes a 2017, el 80% de los suicidios cometidos en Castilla y León se produjeron en edades comprendidas entre los 40 y los 80 años, exactamente 174 casos de los 218 registrados, mientras que por debajo de los 15 años, no se recoge ninguno; y de 15 a 30 años registró un total de once suicidios en la Comunidad.