ESTILO DE VIDA EN SORIA
Actualizado 16/09/2019 17:56:54

Renueva y cuida tu piel, según las necesidades de cada estación del año: el frío del invierno, el calor del verano, la reparación del otoño o la renovacón de la primavera. Un artículo de Lorena Martínez.

Ahora es tiempo de otoño y debemos reparar nuestra piel. El otoño puede ser el momento ideal para reparar los daños causados durante el verano en nuestra piel, o de prevenir la reacción por una exposición solar demasiado fuerte. Para ello, debemos regular el exceso de grasa. Si tienes la piel grasa debes saber que las espinillas reaparecen después del verano, y debes estar atenta a ello, y hacerte limpiezas regulares que acaben con el sebo, al tiempo que abres los poros para purificarlos.

Además, las manchas han podido surgir tras el verano, y debes tener en cuenta que además de ser un signo de envejecimiento, son muy difíciles de combatir y eliminar. Es por ello por lo que te proponemos que apuestes por el limón y por la harina de avena. Puedes hacerte una mascarilla mezclando una cucharada de harina de avena con media de jugo de limón, hasta hacer una pasta. Aplícala sobre las manchas y deja actuar durante al menos 20 minutos.

Y para el invierno, debes tener en cuenta que debes nutrir la piel. El frío, el viento, las diferencias de temperatura o la calefacción son agentes perniciosos para nuestra piel. Por eso se debe usar en esta época productos más nutritivos, y que ofrezcan una protección óptima. Una buena nutrición desde el exterior sigue siendo insuficiente para la piel en esta época del año, así que es el momento de complementarla con cápsulas de densidad y firmeza para la piel. Puedes preguntar en tu farmacia, y suele valer con dos cápsulas al día.

Además, alivia las rojeces, ya que en esta época se agudizan especialmente, y utiliza agua micelar por la mañana y crema especial para estos casos por la noche. Existen además mascarillas anti-rojeces con las que notarás la mejoría. A la hora de maquillarte, utiliza cremas con pigmentos verdosos que camuflen estas rojeces.

Renovación

Y llega la época donde la sangre se altera: la primavera. Aquí deberíamos purificar nuestra piel, ya que la piel se renueva después de los rigores del invierno, y las células muertas se acumulan, y la piel se muestra con un tono mucho más apagado, donde las arrugas se acentúan.

Por ello, debes limpiarla bien todas las mañanas y antes de acostarte con agua micelar. Es el producto de higiene ideal que no necesita aclararse, y que contienen los activos de plantas adaptados a cada tipo de piel. Además, es fundamental la exfoliación. Dependiendo de tu tipo de piel, deberá ser un tratamiento suave y no irritante, que sea capaz de eliminar las impurezas y devolver la luminosidad a nuestra piel. La frecuencia de utilización suele ser una vez por semana. Además, apuesta por mascarillas que limpian en profundidad, y que sean purificantes. También puedes utilizar las hidratantes para pieles secas, y las reparadoras para aquellas que presentan rojeces.

A la hora del esperado verano, deberemos proteger nuestra piel. Hace calor y disfrutamos del sol, pero, sin embargo, es el momento más imprescindible para protegerla y nutrirla.

Elige una hidratación que sea capaz de mantener tu piel en perfectas condiciones, pero que no te aporte grasa o brillos excesivos. Y por supuesto, aunque esto debes hacerlo durante todo el año, en esta época no olvides proteger tu piel del sol. Además, elige cremas para después del sol con potentes antioxidantes como los extraídos del arroz, que previenen la aparición de las primeras arrugas. Además, deberás reparar la piel tras cada exposición al sol con tratamientos reparadores ideales para el cuerpo y el rostro en verano.

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