CECALE reclama medidas para revertir los signos de desaceleración que ha empezado a mostrar la economía española.
La Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (CECALE) considera que la situación de inestabilidad política que vive el país, tras la falta de acuerdo entre los partidos para formar gobierno, está “dañando seriamente” al desarrollo económico y empresarial. “Es imprescindible, por tanto, un futuro gobierno estable, que dé certidumbre, que apoye a las empresas y que sea capaz de revertir los signos de desaceleración que ha empezado a mostrar la economía española en el segundo trimestre, a pesar de que se encuentre entre las que más crecen de Europa”, han observado en la patronal regional que encabeza el soriano Santiago Aparicio.
Para los empresarios de la Comunidad, España se encuentra en un momento complejo en el que muchas inversiones, con las “continuas prórrogas presupuestarias” que no se están ejecutando y además están a la espera de un Ejecutivo estable, que permita relanzar la economía y crear empleo. En definitiva, ven preciso un gobierno que implemente las “medidas económicas necesarias” para asegurar que la economía española sea capaz de hacer frente a los retos que plantea la ralentización.
Ante esta situación de preocupación, CECALE, al igual que el resto de los miembros de la Junta Directiva de CEOE reunidos esta mañana en la sede de la patronal nacional, quiere destacar la importancia de mantener la competitividad empresarial a pesar de la parálisis política y advertir de la vulnerabilidad de la economía española ante riesgos internacionales como el aumento precio del petróleo, la tensión comercial entre China y Estados Unidos y la incertidumbre que provoca el Brexit. A ello se une, además, la necesidad de que exista rigor presupuestario, dada la elevada deuda pública que tiene España en la actualidad, del 98% de la que un 70% se encuentra en manos extranjeras.
Según el Informe Trimestral de la Economía Española, publicado por CEOE, en el segundo trimestre de 2019 el PIB ha registrado un crecimiento del 0,5%, dos décimas menos que el trimestre anterior. Este menor avance se ha debido fundamentalmente a la ralentización de su componente de inversión, que puede estar viéndose lastrado por el aumento de la incertidumbre a nivel nacional y global.