Es la cadena montañosa más oriental y de menor altura del Sistema Central, con vertientes a la cuenca del duero, al norte, y a la cuenca del tajo. Se extiende linealmente de oeste a este a lo largo de unos 35 kilómetros entre las provincias de Segovia, Soria y Guadalajara. Quizás sea una de las sierras menos conocidas de la provincia, pero esconde un paisaje y unos pequeños pueblos en su ladera soriana, sencillamente sorprendentes.
Esta íntima ruta, para conocer los pueblos de la ladera soriana de Sierra Pela, en el extremo suroccidental de la provincia para de Retortillo, localidad a la que se llega desde Berlanga de Duero, por la SO-P-4132 (Paones), la SO-132 y la SO-160; o por El Burgo de Osma, a través de la SO-160 (Recuerda).
La primera parada es, por tanto, Retortillo, que se abre a la Sierra de Pela, con un interesante conjunto medieval. Todavía conserva restos de la muralla y de los arcos medievales, y merece un paseo tranquilo por las calles.
Luego, la ruta continúa por la carretera SO-135, en dirección hacia Montejo de Tiermes. Pero enseguida se toma una carretera local que va hacia Castro, el primero de las tres aldeas que se acomodan en la ladera de las tierras rojizas de La Pela.
No es casual este nombre, y a que este pueblo fue un asentamiento celtíbero similar al de Tiermes. Es decir, se aprovechó la roca para escavar las casas. Merece la pena dar un paseo por esos restos rupestres.
A continuación se llega a Valvenedizo, para continuar a Losana, donde se pueden ver manchas de pino. El paisaje está moteados por carrasca, encina y roble, entre las tierras de labor. Y aún se pueden ver restos de corrales y apriscos, en una tierra que aún goza de la fama de la calidad de su cordero, en una comarca de tradición ovina.
El trayecto entre Losana y Retortillo apenas es de 11,5 kilómetros, aunque se circula por una carretera sinuosa y estrecha. Más lejos está Pedro, el último pueblo soriano, rayano con la provincia de Segovia, y donde nace el río que lleva el nombre del pueblo. Pero, si no se desea adentrar en ese último reducto soriano, se puede retomar la SO-135, y elegir entre dos decisiones. Volver hacia Retortillo por Tarancueña, o tomar la dirección de Montejo de Tiermes y visitar el yacimiento de Tiermes, donde hay -además- un singular establecimiento hostelero.
Retortillo. Es la principal localidad del entorno y conserva restos de su esplendor, en época medieval, conservando lienzos de muralla y puertas También conserva restos de otra muralla del siglo XVI, del mismo siglo que es la iglesia parroquial de San Pedro; y se puede ver la huella del románico de la zona, en la ermita de San Miguel. La plaza muestra casonas blasonadas, y tampoco falta el rollo.
Castro. Es una pequeña aldea, cuyo caserío es continuación del antiguo castro celtíbero que hubo. Sus restos, con viviendas excavadas en la roca arenisca, son similares a las que se pueden ver en Tiermes.
Riqueza natural. La singularidad geológica, y paisajística, está acompañada por una riqueza botánica interesante. Para quienes quieran conocer mejor esta sierra, hay que recordar que, al otro lado de la ladera soriana de La Pela, está el hayedo de la Tejera Negra, en Guadalajara, un enclave de especial valor natural. La parte soriana de La Pela está bañada por los ríos Tiermes y Caracena, que pintan un peculiar paisaje de ribera en el entorno.