Miguel Borra, presidente nacional de CSIF.


OPINIóN
Actualizado 17/10/2019 10:05:50
Tribuna de invitados

En la Tribuna de invitados se sienta Miguel Borra, presidente nacional de CSIF.

España es hoy un país diametralmente diferente al que era hace 35 años. Los cambios estructurales del modelo económico, la irrupción de las nuevas tecnologías, y el avance espectacular de las telecomunicaciones, han impulsado una transformación política y social que pocos imaginaban en nuestro país en los años ochenta.

La Ley de Libertad Sindical, en 1985, dio carta de naturaleza a un modelo sindical que abría un futuro nuevo a las personas trabajadoras del país. Esta norma supuso la puesta en marcha de un marco de relaciones laborales moderno, equiparable al resto de Europa, e impulsó con claridad el derecho a la sindicación, pilar esencial en un Estado social y democrático.

Pero ni la España de hoy es la de 1985, ni las personas trabajadoras de nuestros días tienen las mismas necesidades. La legislación sindical adoptada entonces se ha convertido, en la práctica, en una coraza que impide crecer a otras opciones legítimas, y deja sin representación a muchos ciudadanos. Por eso ha llegado el momento de impulsar un nuevo modelo, más acorde con la realidad de la sociedad y con sus demandas laborales.

Desde CSIF (la Central Sindical Independiente y de Funcionarios), sindicato más representativo en las administraciones públicas y con presencia creciente en el sector privado, damos un paso adelante para reclamar una reforma normativa. Somos conscientes de que hay muchas voces que piden un sindicalismo renovado, generalista, independiente desde el punto de vista político, profesional, transparente y alternativo a las tradicionales organizaciones de clase.

Ahora, más que nunca, hace falta trasladar al ámbito sindical el pluralismo democrático de la sociedad española. Reclamamos la modificación de la Ley Orgánica de Libertad Sindical. Planteamos que sea suficiente el 5 por ciento de representatividad para estar presente en los ámbitos de negociación, tal como ocurre en el escenario político, donde se precisa únicamente entre el 3 y el 5 por ciento.

Según un estudio realizado por CSIF, actualmente hay 80.000 delegados sindicales contabilizados en empresas que ya no existen por una barrera burocrática obsoleta. Por eso, reclamamos que cada vez que se dé de baja una empresa, de manera simultánea, se den de baja los representantes sindicales en los registros públicos.

El IX Congreso General Nacional de CSIF, máximo órgano de dirección que celebramos cada cuatro años, ha dicho alto y claro que no podemos desatender esta demanda social. Nos enfrentamos a otras realidades y una sociedad avanzada, madura y democrática como la actual, necesita unos sindicatos nuevos que sepan adaptarse y dar las respuestas que nos reclama la ciudadanía. Esta norma supuso la puesta en marcha de un marco de relaciones laborales moderno, equiparable al resto de Europa, e impulsó con claridad el derecho a la sindicación, pilar esencial en un Estado social y democrático.

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