El segundo choque comunitario para los numantinos supondrá un reencuentro: ‘Bolo’, Julio Álvarez, los hermanos Valcarce y Pablo Larrea, con pasado en Soria, militan ahora en el bando contrario. Mañana “es un buen día” para adjudicarse los primeros tres puntos a domicilio.
Sin tiempo para lamentarse. El CD Numancia, que volvió a perder –de la forma menos justa– el fin de semana pasado ante el Real Zaragoza jornadas tras ocho jornadas sin hacerlo, saca pecho, corazón, alma y valentía en el Toralín de Ponferrada (sábado a las 16:00 horas). “¡Al loro, qué no estamos tan mal!”. El orgullo numantino está malherido. Se han de secar las lágrimas en su segundo choque comunitario, pues ya jugó en Soria contra el Mirandés. El Ponferradina-Numancia servirá de reencuentro: Jon Pérez ‘Bolo’, Julio Álvarez, los hermanos Valcarce (Pablo y Luis) y Pablo Larrea, con pasado rojillo, ahora pertenecen al bando contrario. No hay amigos, antes y después de los 90 minutos sí, que valgan. La primera victoria numantina a domicilio, en el aire, otra vez.
Se trata de “un partido importante y complicado ante un rival recién ascendió, pero que tiene historia en Segunda”, según Luis Carrión, quien ha comparecido este viernes en la ya habitual rueda de prensa, antes de enfrentarse a la ‘Ponfe’. Como de costumbre, el Numancia irá “a por los tres puntos”.
“Espero que podamos llevar el peso del partido”, ha deseado el técnico de los rojillos. Para ello, “deberemos estar acertados”. Ellos “conceden poco en su línea de cuatro”. Sin embargo, la ‘Ponfe’ es una entidad “con fisuras”. El Numancia las intentará “explotar”.
La realidad es la que es: “Somos dos equipos que hemos rendido mejor en casa que fuera de ella, pero eso no es significativo para el partido que veremos mañana”, ha valorado Carrión sobre el encuentro regional, en el que, “históricamente”, el Toralín “siempre aprieta”.
“Los tres puntos valen igual en todos los lados. No hay que obsesionarse demasiado. Hemos hecho buenos partidos fuera de casa como para poder ganar”, ha argumentado el barcelonés. Y es que al Numancia no le salen las cuentas lejos de Los Pajaritos, donde no logra hacerse con los tres puntos. Carrión ha comentado que mañana puede ser el día, “un día bueno para conseguir tres puntos”.
En el banquillo, Jon Pérez ‘Bolo’, primer entrenador, y Julio Álvarez, segundo; en el césped, Pablo y Luis Valcarce y Pablo Larrea. ‘Tú cara me suena’ en el Toralín. “Hemos cambiado muchas piezas. Julio lleva un tiempo sin estar aquí. Realmente, nos conocen por ver partidos nuestros”, ha narrado el de la Ciudad Condal, quien ha analizado que la ‘Ponfe’ está bien trabajada y “hace las cosas bien”. Están “capacitados” para llevarse los tres puntos, siempre “respetando al rival”. Carrión ha bromeado diciendo que “como entrenador, ya sufrí a Julio Álvarez. Tiraba muy bien la estrategia. Es muy querido aquí (en Soria)”. Pero en el Ponferradina-Numancia, “son los jugadores son los que van a hacer que podamos ganar este partido, ni yo ni su míster ni Julio”.
Ciertos futbolistas numantinos (Barrio, Marc Mateu o Gus Ledes) lo están jugando todo o prácticamente todo, sin tomar apenas aire. “Son jóvenes. Físicamente, están fuertes. Han rendido bien y están aguantado bien. Intento premiar siempre al que está bien. No creo que exista mucho cansancio. A parte, la gente que más ha jugado es la que se cuida más, la que más lleva al límite el trabajo físico”, ha decretado Carrión. En pretemporada ya trabajaron “esas situaciones”. Su Numancia “es uno de los equipos que más corre”, con o sin balón.
Extrayendo conclusiones. Luis Carrión ha analizado sus primeros 11 encuentros como técnico del Numancia. Así ha sido este ciclo en la ‘era Carrión’: realiza una valoración “correcta”. Cree que “hay bastantes cosas a mejorar”. Al Numancia le “ha costado hacer partidos enteros a alto nivel”. Al técnico de Barcelona no le apetece ver a su conjunto “demasiado atrás”. Carrión ha pronunciado que “lo mejor es que hay mucho margen de mejora”. Crecer, mirar hacia adelante y “tener hambre”, el ingrediente, por excelencia, del Numancia. Qué nunca falte el apetito.