La asociación soriana 'Mi mamá' ha repartido chocolate y bizcochos para celebrar el cierre de la semana de la Lactancia Materna.
La plaza del Rosel y San Blas ha servido hoy para reivindicar un gesto más que natural, amamantar a un hijo, que en ocasiones genera cierta controversia al realizarse en público.
Para romper estereotipos y reivindicar los beneficios, tanto para los bebés como para las madres, la asociación soriana 'Mi mamá' han repartido chocolate y bizcochos a la vez que animaban a los que se acercaban a participar en su compañía.
La Semana Mundial de la Lactancia Materna pretende poner el foco en la necesidad de normas sociales en cuanto al género, al trabajo en equipo y el compromiso entre madres y sus parejas y al necesario equilibrio entre el trabajo remunerado y el no remunerado, con el objetivo de lograr una lactancia exitosa.
Se trata de alcanzar un compromiso de sociedad civil, ciudadanos, autoridades, sindicatos, empleadores y otras organizaciones de diverso tipo para abordar e implementar soluciones innovadoras e inteligentes que conduzcan a la igual de género y a mejores tasas de lactancia materna, a través de mejores condiciones en todos los ámbitos para favorecer el amamantamiento.
Aunque tradicionalmente se considera que la lactancia materna está en el dominio de la madre, cuando los padres, las parejas, las familias y la sociedad la apoyan, las tasas de lactancia materna aumentan. La lactancia materna es trabajo en equipo: capacitar a mujeres y hombres como padres en igualdad también permite su desarrollo.
La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra desde 1990, con el fin de fomentar el amamantamiento y mejorar la salud de lactantes y madres por todo el mundo.
Según la OMS, su incremento a niveles casi universales podría salvar más de 800.000 vidas al año, la mayoría de ellas de menores de seis meses.
Además, la lactancia materna disminuye el riesgo de que las madres padezcan cáncer de mama y ovario, diabetes de tipo 2 y enfermedades cardíaca y, en relación con ello, se estima que el aumento de la lactancia materna podría evitar hasta 20.000 muertes maternas al año por cáncer de mama en el mundo.
Una práctica natural que promueve una mejor salud tanto para las madres como para sus hijos.