CASTILLA Y LEóN
Actualizado 27/10/2019 09:43:24

Un estudio científico, en el que ha participado y también ha financiado el MITECO, demuestra que la presencia del lince hace disminuir la de los mesopredadores (zorro y meloncillo, principalmente). Además, la presencia del lince genera efectos positivos en cascada en los niveles tróficos inferiores, esto es, en sus presas, el conejo y la perdiz roja. La investigación muestra un impacto positivo de la reintroducción del lince no sólo en el estado de conservación de la especie, sino en todo el ecosistema

Investigadores del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos (IREC), la Estación Biológica de Doñana, la Fundación CBD-Hábitat y la Universidad de Oviedo, apoyado por la Junta de Extremadura y con la ayuda y participación del MITECO, han dado a conocer los resultados de sus investigaciones en la revista científica Biological Conservation, que demuestran que la presencia del lince hace disminuir la de los mesopredadores (zorro y meloncillo, principalmente) y en forma de cascada trófica la predación sobre sus principales especies presa: el conejo y la perdiz roja, lo que genera que ambas especies se recuperen a su vez en las zonas de reintroducción del lince ibérico

Los súper depredadores juegan un papel crucial en el funcionamiento y estructuración de los ecosistemas, controlando las presas y manteniendo la biodiversidad. Sin embargo, la consideración de que su impacto fuese positivo–particularmente en paisajes humanizados- resultaba controvertida. La ausencia de investigaciones experimentales motivaba esta controversia, e incidía sobre la aceptabilidad social de la recuperación o reintroducción de los súper predadores.

Uno de estos súper predadores es el lince ibérico, una de las especies en mayor peligro de extinción a nivel mundial, que sólo se distribuye por la península ibérica, y que está siendo objeto de importantes proyectos de conservación y de reintroducción para salvarle de su extinción. Sin embargo, a menudo los proyectos de reintroducción eran rechazados o poco valorados por los sectores ligados a la caza, debido a su posible afección a algunas de sus especies presas principales, el conejo y la perdiz roja, que a su vez son objeto de una importante actividad cinegética en el mundo rural.

Para resolver esta cuestión, usando estimaciones precisas de densidad, un equipo de investigadores del IREC (CSIC-UCLM-JCCM), Estación Biológica de Doñana, Fundación CBD-Hábitat y Universidad de Oviedo, apoyado por la Junta de Extremadura, se embarcó en un estudio pionero y novedoso a lo largo de tres años, financiado por el Ministerio para la Transición Ecológica, que ha mostrado por primera vez para esta especie que las abundancias de los mesopredadores (el zorro y meloncillo principalmente) se redujeron después de la reintroducción del lince ibérico, dado que éste compite y finalmente depreda o desplaza de su territorio a otros carnívoros más generalistas y abundantes.

Efectos positivos en cascada

Además, la presencia del lince genera efectos positivos en cascada en los niveles tróficos inferiores, es decir, en sus presas, el conejo y la perdiz roja. A pesar de que el lince consume conejos como principal presa, su presencia evita que un mayor número de otros carnívoros continúe alimentándose en esos territorios, reduciendo el número total de conejos y perdices depredados.

En concreto, el estudio demostró experimentalmente cómo tras la reintroducción del lince ibérico en el Valle de Matachel (Badajoz) se produjo una reducción de la abundancia de zorros y meloncillos de aproximadamente un 80%. El establecimiento de un macho y una hembra de lince ibérico y de sus crías en un territorio concreto supuso, transcurridos dos años de la reintroducción, la desaparición, por abandono del área o por propia predación de los linces, de al menos 19 zorros, 11 meloncillos, 3 garduñas y 1 gato asilvestrado. Esta reducción de la abundancia de estos carnívoros provocó la recuperación del conejo y la perdiz roja en las zonas ocupadas por el lince. Todo ello supuso una reducción del 55,6% en el consumo de conejo por parte de toda la comunidad de carnívoros.

“Estas investigaciones muestran un impacto positivo de las reintroducciones no sólo en el estatus de conservación del lince, sino también de la restauración de su funcionalidad ecológica”, explica José Jiménez, investigador del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (CSIC) y primer firmante del estudio. Destaca además que los resultados obtenidos “apoyarán la aceptabilidad social de las reintroducciones de lince ibérico, que es fundamental para su futuro”.

Los resultados obtenidos en este estudio pionero pueden resultar de interés y aplicables para la mejora de otros ecosistemas existentes en España, especialmente en aquellos ámbitos donde determinadas especies presa se ven seriamente amenazadas debido a desequilibrios en las densidades de meso carnívoros provocados por la ausencia de un súper predador que actúe como regulador poblacional.

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