Cristina Juarranz sujeta a Iris, su recién nacida.


DEPORTES
Actualizado 29/10/2019 23:42:38

La mejor motorista que ha dado la provincia de Soria hasta la fecha se desnuda emocionalmente, antes de ir a por su cuarto título en el Campeonato de España Superbike 2020, el nuevo Open 1000 Femenino. ¿Cómo ha vivido el embarazo? A nivel deportivo, ¿gloria o castigo para ella?

Tras más de nueve meses de espera, Cristina Juarranz, referencia del motociclismo soriano, está de vuelta. Lleva desde 2014 compitiendo encima de una moto (empezó sobre una 600) y ni 1000 embarazos (como el Open donde ha inscrito tres años seguidos su nombre de campeona) podrán apartarla de ella, su pasión, la cual lleva "en la sangre". Su fluido también corre por las venas de Iris, su niña, el nuevo miembro en casa de los Juarranz. Antes, la motorista soriana solo daba gas, ahora también da papillas. Amplía su familia. A su cargo y bajo su tutela, Iris y su Suzuki GSXR1000.

Juarranz no ha dejado nunca de sonreír. Lo de ser risueña va con ella. Empasta con la felicidad. Con todo el esplendor del "mundo mundial" afirma que en 2020 va a por su cuarto título en el nuevo Campeonato de España Superbike. Tiemblan las féminas, pues Juarranz ya está aquí.

Soria Noticias: Han transcurrido nueve meses desde su hasta luego. ¿Cómo definiría el proceso que le ha tendido apartada de los circuitos todo este tiempo?

Cristina Juarranz: Ha sido un viaje muy emocionante. Una caja de sorpresas. En un inicio, no quería ser madre. Lo he estudiado todo para acabar teniéndolo controlado. En un principio, no sabes cómo afrontar estas cosas. Me preocupaba lo que venía después: ¿iba a ser capaz de volver a subir a una moto? A la expectativa… A la vez que emocionada, preocupada.

SN: Entonces, ¿ha sido factible volver a subirse a los lomos de su mejor amiga, la moto?

C.J: Sorprendentemente, me he recuperado muy rápido. Pensaba que tendría que hacer más esfuerzos. He controlado mi físico y la dieta. Al final, el cuerpo es inteligente (ríe) y rápidamente vuelve a su ser. He decir que no están del todo cerrados mis abdominales. Entiendo que lleva más tiempo. He vuelto a entrar en el mono: ¡claro, engordé 13 kilogramos!

SN: Kilos de felicidad.

C.J: Mes y medio después (de dar a luz a Iris) he logrado subirme a la moto. Despacio. No puedo ir tan deprisa como antes. No tengo forma física. Se nota. La moto pesa 200Kg. Es mucha fuerza que no tengo. Eso sí, no voy tan lenta como temía.

“En un inicio, no quería ser madre”

SN: Nueve meses –y algo más– maravillosos. Pero, sea sincera, lo de no poder competir la habrá tenido trepando por las paredes, ¿no?

C.J: (Ríe) Una espera muy larga… He ido subiendo a la moto de calle hasta que ya no me abrochaba la cazadora. Mucha gente no lo verá bien, pero yo lo necesitaba. Además, encima de la moto me siento más segura que en el coche, por Madrid.

SN: Explíquenos eso.

C.J: En el coche no controlo tanto la situación. De hecho, la moto me ha librado de algún accidente. Un coche chocó delante de mí y pude esquivarlo con la moto.

“Al final, el cuerpo es inteligente y vuelve a su ser”

SN: Durante el embarazo, ¿pudo tonificar el cuerpo?, ¿se apartó totalmente de este deporte de riesgo?

C.J: Durante el embarazo solo caminé. Cada mañana, paseaba al perro una hora. Trabajé hasta el último momento. Más ejercicio no hice.

SN: Iris, su hija, ¿le ha hecho concebir el deporte de una manera distinta? ¿En qué puede ayudarle la niña si hablamos de su evolución en el motociclismo?

C.J: En vez de echarme para atrás y pensar en dejar las motos, Iris me da una motivación más. Le enseñaré en un futuro que no ha de dejar el deporte a pesar de ser madre. Lo ha de saber, y más siendo niña. Si hubiera sido un niño, se lo hubiese explicado de otra manera.

SN: ¿Qué ha de saber Iris?

C.J: Por ser madre, no has de dejar tu vida ni tu deporte. Era mi mayor miedo: la sensación era que al ser madre tendría que dejar mi vida a un lado. Mi pareja me ayudó a comprender que eso no es así. De hecho, lo estoy comprobando. Iris es mi vida, lo que más quiero en el mundo mundial. Me subo a la moto y cuando bajo de ella, lo primero que hago es darle un beso y el pecho a la niña. No para de comer (ríe) No he dejado de hacer lo que más me gusta.

“He ido subiendo a la moto de calle hasta que ya no me abrochaba la cazadora”

SN: ¿Cree poder ayudar a las mamás que lean sus declaraciones?

C.J: Ojalá. Se de buena mano que hay gente que no lo ve bien. Encima, mi deporte es de riesgo… Creo que un deportista me va a entender. Un deporte te llega tan adentro… Además, Soria es deportista, todo deporte. Su mayoría me va entender. El deporte se lleva en la sangre. Hablad con Estela Navascués, a ver qué os cuenta. Ser madre y dejar el deporte a un lado me resulta imposible. Lo llevo en el corazón.

“Por ser madre, no has de dejar tu vida ni tu deporte. Era mi mayor miedo”

SN: En casa de los Juarranz, ¿se cumplirá la regla de 3? Usted y su pareja son motoristas de corazón. ¿Ve a Iris sobre su gran amor motorizado?

C.J: Ojalá comparta el amor que siento yo por las motos (ríe). Basta que lo tengas en casa para que las acabé odiando (ríe más). La apuntaré a todo lo que le guste. Que elija ella. Si le gustan las motos, pues mucho mejor. Poder compartir una afición es la bomba.

SN: ¿Qué se le da mejor a Cristina Juarranz, dar gas o dar papillas?

C.J: (Ríe muchísimo) Todavía no lo sé muy bien. Eso se lo tendrás que preguntar a Iris cuando crezca. No sé cómo se me da lo de dar papillas.

SN: ¿Iris verá como su mamá sigue encima de la moto por los siglos de los siglos?

C.J: Espero que sí. La conciliación familiar es más complicada con el bebé. Trabajar, estar con ella y, a parte, sacare tiempo para entrenar. Requiere mucho esfuerzo. Lo voy a dar todo por estar ahí. Es mi pasión. No quiero dejarlas.

SN: Amén. ¿Dispuesta a seguir siendo la referencia del motociclismo en la provincia de Soria?

C.J: Ojalá estar al nivel y poder seguir siendo la referencia, como dices tú.

SN: ¿No se atreve a decir que usted es la máxima ‘institución’ al mando del manillar?

C.J: (Ríe) No, no. Eso es hablar muy alto. Yo hago lo que me gusta. Si alguien me coge como su referente, pues genial. Encantadísima.

“Lo voy a dar todo por estar ahí. Ojalá estar al nivel y poder seguir siendo la referencia”

SN: Confirmamos que Juarranz está de vuelta. Castilla-La Mancha da fe.

C.J: Fue mi primera competición, la primera vez que me subía a una moto.

SN: ¿Su segunda primera vez?

C.J: ¿Para qué andarse con tonterías? Directamente, a por una carrera. La primera vuelta en el Campeonato Interprovincial de Velocidad, súper rara. Muy despacio. Todo se acercaba a mucha velocidad. Físicamente, acabé destrozada. Fui tercera de toda Castilla-La Mancha, a la cual representaba.

"Mi objetivo es conseguir mi cuarto título en 2020"

SN: Después de ese aperitivo, el Campeonato de España Superbike ya se frota las manos. Juarranz no ha podido revalidar por ¡cuarta vez consecutiva! el título de campeona. ¿Han de temblar sus rivales?

C.J: Se trataría de mi cuarto título consecutivo, pero durante este fin de semana se corre la última prueba. Si puedo, acudiré al circuito de Montmeló para correr en la última prueba del Campeonato Interprovincial de Velocidad. Así que he perdido el año deportivo. Bueno, no lo he perdido, sino que lo he ganado de otra manera.

SN: 2020, ¿será de nuevo su año?

C.J: Ya se ha acabado esta temporada (2019). En invierno, parón. Mi objetivo es conseguir mi cuarto título en 2020. Lo afronto con miedo y ganas. Miedo, por no ser capaz de ir tan rápido. He seguido las carreras y os puedo decir que hay más extranjeras. Eso implica que hay más rivales en pista. Es una motivación extra.

SN: A nivel de ayudas, patrocinios, etc., ¿se ha visto resentida?

C.J: Mi equipo, el Racing Team, me ha apoyado siempre en mis decisiones. No faltan manos a la hora de sujetar a Iris. Lo de ayudas y patrocinios, delicado… Cobro una ayuda, de 100 euros al mes, por el concepto de madre trabajadora.

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