PROVINCIA
Actualizado 17/11/2019 10:36:12

El clima limita el crecimiento de los árboles. Un amplio estudio dendrocronológico de los bosques mediterráneos de pino laricio apunta que, si se mantienen las tendencias climáticas, en el futuro su productividad será menor y estarán más segregados

Un investigador del Campus de Soria de la Universidad de Valladolid (UVa) en colaboración con investigadores del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) encabeza el primer estudio sobre los patrones de crecimiento del pino laricio (Pinus nigra) en toda su área de distribución, desde las poblaciones más occidentales de Gredos hasta las más orientales de Turquía. Un amplio conjunto de datos con el que han podido evaluar cómo estos bosques responden al reciente aumento de temperaturas y sequías, lo que ofrece pistas sobre su evolución a medio plazo con las tendencias climáticas previstas.

Para llevar a cabo este trabajo ha sido clave la colaboración de instituciones como la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, la Universidad de Barcelona, la Universidad Politécnica de Madrid, el Centro de Capacitación y Experimentación Forestal de Cazorla y el Instituto de Historia (CSIC). Todos ellos habían participado en estudios previos en torno al pino laricio desde la dendroecología –la ciencia que estudia la ecología de los árboles mediante el análisis de sus anillos de crecimiento-, aunque centrados en pequeñas regiones o determinadas poblaciones.

“Decidimos utilizar todo este conjunto de datos, junto a otros de otros países de la misma especie, para estudiar, desde una perspectiva y metodología común, toda su área de distribución”, detalla a DiCYT Gabriel Sangüesa Barreda, investigador de laUVa y primer autor del trabajo, publicado recientemente en la revista de alto impacto ‘Science of the Total Environment’.

En los anillos de crecimiento queda “almacenada” información sobre cómo han crecido los árboles a lo largo de su vida, es decir, durante décadas y en algunos casos durante siglos. Teniendo en cuenta que el crecimiento radial de los árboles está principalmente limitado por el clima, de los anillos se puede obtener una visión temporal de los cambios climáticos.

“Trabajamos con muestras de anillos de crecimiento, tenemos que ir al campo y tomar unos pequeños testigos de madera. El siguiente paso es la preparación y datación de las muestras, es decir, asignar a cada uno de los anillos de crecimiento el año exacto en que se formó. Por último medimos la anchura de los anillos y verificamos las dataciones mediante programas de validación”, explica Sangüesa, quien añade que después se analizan estos datos y se cruzan con distintas bases de datos climáticas y modelos estadísticos.

Un cambio abrupto en los años 70

A partir de esta metodología, el equipo de investigadores ha podido conocer, por ejemplo, que los bosques de pino laricio redujeron su productividad –su crecimiento en grosor- tras un cambio abrupto en el clima a partir de la década de 1970.

Tal y como indica el investigador, en este periodo se produjeron “distintas y desacopladas sequías regionales que provocaron grandes diferencias en el crecimiento de los bosques de las distintas regiones mediterráneas”. Este hito fue determinante en la historia de estos bosques ya que, continúa, a partir del mismo “el crecimiento de las poblaciones orientales y occidentales fue cada vez más distinto”. Las sequías ejercen un efecto negativo en la productividad forestal, por lo que sequías geográficamente separadas y en distintos años hacen que los patrones de crecimiento difieran.

Así, los resultados obtenidos ofrecen pistas sobre el futuro a medio plazo de los bosques mediterráneos de pino laricio. “Si las tendencias climáticas continúan como hasta ahora, con un clima cada vez más cálido y distintas y recurrentes sequías regionales, en el futuro, además de una menor productividad, podemos encontrar un gran mosaico biogeográfico, con una mayor segregación en subespecies y variedades”, concluye el investigador.

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