Tres coches, desconociendo la situación circulatoria del lugar, campan a sus anchas en la calle más céntrica de la capital. A voces, la ciudadanía les hace dar marcha atrás, pues pretendían desembocar en la plaza Mayor.
No es habitual ver circular a vehículos en pleno Collado de Soria, más que nada porque la circulación de estos en la calle principal de la capital está terminantemente prohibida, exceptuando casos puntuales. Esta mañana, tres turismos, sorprendidos y sin conocimiento de causa, se han saltado la norma vial, campando a sus anchas por el punto más neurálgico de Soria.
Una de las imágenes más chistosas de esta jornada dominical se ha apreciado en el Collado de Soria. Es inusual ver cómo la calle peatonal queda ‘abierta al tráfico’, pues hoy, sin quererlo ni beberlo, ante la incredulidad de los que iban a pie, se ha dado esa situación: tres turismos han hecho acto de presencia al final del Collado, en la boca que dirige a la plaza Mayor.
Confundiendo la plaza de la ‘tarta’ con una glorieta –no es tal cosa–, algunos despistados, desconocedores del espacio, aparecen por las estrechas calles colindantes: Rosel y Zapatería. Cuestión de preguntar y dar, después, marcha atrás. Los tres forasteros de hoy no querían volver por donde habían venido…
Por aquí me meto porque lo digo yo’. Esa era la firme intención del primero de los vehículos, que ha sido increpado y obligado a recular por parte de los lugareños que paseaban por el Collado.