La Cabaña Real de Carreteros ha conseguido aunar, en un edificio del siglo XVII, lo mejor de la esencia rural, con todas las comodidades actuales. El trato cercano y atento de sus responsables consigue que el cliente se sienta como en casa, y abandone Casarejos con energías renovadas y el estómago más que satisfecho. La cocina es su punto fuerte y aprovecha los mejores productos sorianos.
Durante siglos, los carreteros recorrieron los caminos de la España profunda sirviendo como principal método de logística entre las provincias de Burgos y Soria. Su trabajo era duro y, además de estar alejados de sus seres más queridos durante ocho meses al año, en contadas ocasiones tenían un techo digno bajo el que cobijarse y su posada obligada era el cielo abierto.
Por ello, poco antes de llegar a Casarejos, donde hoy se ubica la Cabaña Real de Carreteros de Soria, sus pasos seguramente aceleraban y su cuerpo sabía que ese día encontraría un lugar donde descansar y reponer fuerzas para la jornada posterior.
Es sencillo hacerse una idea de esto viendo las instalaciones de la calle Las Angustias de esta localidad. Las reformas no han alterado la esencia del edificio del siglo XVII, perteneciente a la asociación ‘La Cabaña Real de Carreteros’. La casa fue reconstruida con los mismos materiales de épocas pasadas como el barro, la piedra y la madera, y además, los trabajos fueron especialmente respetuosos con la arquitectura original de la misma.
Sus responsables, Daniel Paje y Sara Ordóñez, se muestran encantados de trasladar esta historia que ha marcado el carácter de toda una comarca a quienes les visitan. “Cuando los carreteros llegaban dejaban los bueyes en la planta baja de la casa”, cuenta Sara Ordóñez para añadir que “después subían a la primera planta y buscaban su lugar para descansar. Allí estaba también la cocina y el hueco que conectaba las dos plantas permitía que el calor que desprendían los animales calentase la estancia”.
Este lugar servía para reconfortar antes de volver a enfrentarse al exterior y, del mismo modo, ahora la Cabaña Real de Carreteros quiere que se sientan los viajeros.
La Cabaña Real de Carreteros tiene todo lo que el viajero requiere. Un entorno de ensueño donde la naturaleza se muestra en su máximo esplendor, instalaciones completas y ambientadas presumiendo de esencia rural con un gusto exquisito y, sobre todo, una cocina que se sirve de lo mejor de Soria para sorprender con el sabor de lo elaborado con esmero, cariño y paciencia. Porque aquí “nada se compra elaborado, cocinamos auténtica cocina casera con productos de la tierra. La tradición nos inspira”, señala Sara Ordóñez, la mitad del corazón de la Cabaña Real de Carreteros.
Las 15 habitaciones de las que disponen las instalaciones están personalizadas y cada una de ellas recibe un nombre heredado de la zona para invitar al visitante a descubrirlo. Cerrillo, Carrascal o Torcajón sirven de ejemplo. Tienen encanto y calor de hogar pero. además, cuentan con los mejores servicios de un gran hotel. Todas disponen de televisión, baño completo, con kit de aseo personalizado, secador de pelo y, algunas de ellas, guardan el tesoro de la bañera de hidromasaje.
Toda una oportunidad para reencontrarse con las raíces.