El monasterio de las Madres Concepcionistas celebra el día grande con la subida de la talla a su lugar habitual tras el novenario que cierra hoy.
Como cada 8 de diciembre, Ágreda se vuelca con la festividad de la Inmaculada Concepción y también con el monasterio del mismo nombre que fundase Sor María de Jesús.
Una festividad, tras una novena, que tiene como protagonista la devoción que es profesada a la Virgen del Coro, una talla de la Inmaculada con el que el duque de Lemus obsequió a la Venerable en el siglo XVII, tras la petición hecha por la franciscana al rey Felipe IV.
La imagen permanece en el coro del convento, esto es, en el recinto de clausura, si bien para la novena mencionada, es bajada al templo. Tras el novenario, el 8 de diciembre, la talla es subida tras una procesión por los alrededores del monasterio.