Artículo de opinión de Alejandro Ramos.
El Almendro vuelve a casa por Navidad. Durante estos días, es cuando se reúne la familia en torno a la mesa, y pasan las horas comiendo, brindando, cantando villancicos o, simplemente, hablando de esto o de aquello.
De hecho, con total seguridad, uno de los temas más recurrentes en las sobremesas navideñas de este año, ha sido la situación política del país. Por supuesto, los responsables de los atragantamientos y de las malas digestiones que se hayan podido originar por este tema, son los propios políticos, ya que no nos han dejado en paz ni en Navidad.
A diferencia de otros años, en esta ocasión, España se encuentra sin Gobierno, aunque con un Presidente interino, cuyo único propósito de Año Nuevo es conseguir una investidura, lo más pronto posible, y a cualquier precio.
Atrás dejamos un año 2019 en el que hemos tenido dos elecciones generales, que no han servido para nada. En el que el conflicto político en Cataluña se ha enquistado y ha provocado imágenes lamentables por las calles de Barcelona. También nos hemos dado cuenta que, es necesario, que la Democracia y la Justicia vayan de la mano. Y que, casi siempre, los políticos no cumplen su palabra, ya que un día anuncian que no podrían dormir tranquilos con los podemitas en el Gobierno y al día siguiente, firman un acuerdo para hacerles vicepresidentes.
Por ello, estoy convencido que un buen regalo de Reyes, para estas navidades, podría ser una “España mejor”, en la que el bienestar de los ciudadanos esté por encima de la ambición personal de cualquier individuo.