Artículo de Camilo Sainz, Presidente del Colgio Oficial de Dentistas (CODE)
Los dentistas celebramos el día 9 de febrero la patrona de la profesión, Santa Apolonia. Este año la celebración regional se hará en Soria, y daremos la medalla de plata a los doctores Mercedes Alonso y Alfredo Benito Espuelas por llevar 25 años colegiados y ejerciendo sus servicios profesionales a los sorianos en sus consultas privadas. En Soria ejercemos la profesión sanitaria 44 odontólogos y estomatólogos.
En este número quiero traer el tema de la atención dental a los pacientes con SIDA o seropositivos. Los dentistas tenemos el pacto de no discriminación de los pacientes y es nuestra obligación profesional la atención odontológica a este colectivo.
La Organización Mundial de la Salud asegura que el SIDA sigue siendo un problema de salud pública mundial. En España, a fecha 19 de junio, había notificados 88.135 pacientes y la incidencia, los casos nuevos que se registraron en 2018, ascendió a 3.244. Los expertos señalan que hay otras 20.000 personas no diagnosticadas.
Los primeros síntomas de la enfermedad pueden manifestarse en boca como síndrome de boca seca, candidiasis, gingivitis, periodontitis ulceradas y llagas. Las afecciones pueden ser dolorosas y dificultan la masticación y la deglución empeorando la calidad de vida. En casos más claros presentan un leucoplasia vellosa en borde lateral de la boca y, en pocos casos, el sarcoma de Kaposi en paladar. Los dentistas juegan un papel importante en el diagnóstico de sospecha inicial.
Los pacientes ya diagnosticados y en tratamiento con retrovirales se convierten en pacientes crónicos y la atención dental es clave para mantener la calidad de vida. Los dentistas podemos prevenir muchas lesiones orales asociadas a esta enfermedad.
Por ello, es necesario acudir al dentista regularmente, mantener unas buenas pautas de higiene bucodental e informar al facultativo si se sospecha que la medicación provoca efectos secundarios.
Las consultas dentales están preparadas para tratar pacientes con Sida, hepatitis B y C y otras enfermedades de transmisión sexual. Como profesionales sanitarios recomendamos evitar practicas de riesgo y animar a los padres a la educación afectivo sexual. No podemos bajar la guardia.