Que la construcción de la Autovía del Duero, entre Tudela de Duero y Aranda de Duero, parece la historia de nunca acabar lo demuestra el retraso de la adjudicación del tramo Olivares del Duero y Quintanilla, según ha informado Ical. Ha terminado 2019, y ese tramo de 14,5 kilómetros, sigue sin contratarse, a pesar de que había previsiones de que la obra hubiese quedido adjudicada el pasado año, con un plazo de ejecución de tres años.
Más de cuatro meses de retraso suma el proyecto, en fase de contratación, para construir el tramo de la Autovía del Duero (A-11) entre Olivares de Duero y Quintanilla, en la provincia de Valladolid. Razones “técnico-administrativas” obligaron a suspender en septiembre de 2019 la adjudicación de un proyecto de 134,97 millones de euros, que cuenta con un plazo de ejecución de tres años, por lo que ya no se podrá cumplir la promesa de que las obras se iniciarían el pasado ejercicio, informa Ical.
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) no ha podido completar la contratación de este expediente, que sacó a concurso a mediados de julio del pasado año. Un total de 20 empresas presentaron su propuesta para optar a las obras, si bien la licitación se frenó en seco en la fase de apertura de los sobres con las ofertas económicas, a finales de septiembre, por causas que no han trascendido.
De esta forma, el imprevisto, que está tratando de resolver la Mesa de Contratación, impide al departamento de José Luis Ábalos cumplir con el calendario previsto, puesto que calculaba que la obra podría haberse dejado adjudicada en 2019. Sin embargo, el concurso sigue suspendido, sin que se conozca si obedece a la presentación de un recurso, lo que obligaría a intervenir al Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales.
Por tanto, iniciado ya el mes de febrero, Transportes se enfrenta a un nuevo escollo que deberá sortear para elegir de forma provisional a un adjudicatario, que finalmente se haga con la obra, salvo que la suspensión conlleve la anulación del concurso público, que arrancó hace siete meses. De esta forma, el inicio de estas obras, que requerirán como mínimo tres años, no tiene fecha de momento.
Actualmente, el itinerario entre Olivares y Quintanilla se realiza por la carretera N-122, que soporta una intensidad media de 6.300 vehículos diarios. Por ello, la nueva autovía ofrecerá a través de 14,5 kilómetros un trazado más rápido y seguro, que evita la afección a las bodegas ubicadas al norte de Valbuena de Duero, a los viñedos de la zona de San Bernardo y al yacimiento de Cabezo de la Dehesilla, señala Ical.