No faltó el incombustible Paulino García, que animó el ambiene con sus dulzaina y tamboril.
En el legendario establecimiento y espacio genuinamente numantino, regentado por Luciano Fresno, soriano de Tarancueña, cerca de un centenar de paisanos asentados en Madrid y vinculados con la Casa Regional en la capital celebraron el Jueves Lardero.
No faltaron los chorizos, huevos ni otros productos de rigor en la fecha. Por supuesto, que estuvo presente la charanga que comanda el incombustible Paulino García de Andrés, cuyos sones sanjuaneros de dulzaina y tamboril impulsaron a la danza a la concurrencia.
Canciones y estribillos sorianos de siempre, entusiasmo de reencuentros y alegría de evocación por la tierra originaria. Jóvenes y no tan jóvenes, padres e hijos, recuperaron la tradición del Jueves Lardero vibrando en un frenesí de sorianidad desde el canto esperanzado para que nuestra tierra renazca, y se vuelva a llenar de gentes y proyectos de vida.