OPINIóN
Actualizado 08/04/2020 21:54:04
Sergio García

El coronavirus pasará y la estupidez humana seguirá ahí. Hasta entonces podríamos hacer un esfuerzo, yo el primero, para disimular y no parecer tan estúpidos.

Dice la sabiduría popular que los malos momentos muestran a los verdaderos amigos. Si los tiempos complicados sirven de detector de autenticidad, y yo lo creo firmemente, está claro que somos unos auténticos estúpidos.

Idiota (`corto de entendimiento´), estúpido (`con torpeza notable en comprender las cosas´), necio (`terco en lo que hace o dice´) o imbécil (`falto de inteligencia´) son algunas de las palabras que definen nuestro comportamiento, y por tanto a nosotros, durante estos días.

No me resulta exagerado escribir que la inmensa mayoría de nosotros, yo el primero, hemos sido idiotas, estúpidos, imbéciles y necios durante esta crisis del coronavirus. Si las palabras gruesas le molestan siempre puede quedarse con la versión políticamente correcta; irresponsable (`que adopta decisiones importantes sin la debida meditación´). Puede llamarlo como le plazca, pero lo cierto es que la realidad no se verá modificada.

Vivimos tiempos difíciles, seguramente los más complicados para la humanidad, a nivel global, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Momentos difíciles que han servido para dejar completamente al descubierto las costuras de la sociedad del siglo XXI.

Somos necios cuando pensamos que nosotros sabemos más de atención hospitalaria que los propios profesionales. Fuimos idiotas cuando arrasamos sin ton ni son, y todos juntos, los supermercados. Somos estúpidos cuando nos creemos cualquier cosa que nos llega por WhatsApp y encima lo reenviamos alegremente a todos nuestros contactos. Somos imbéciles cuando ni en una situación de emergencia sanitaria global podemos dejar a un lado nuestras diferencias ideológicas para buscar el bien común. Somos unos irresponsables cuando, ni aun con estado de emergencia declarado, somos capaces de quedarnos en casa. Es una auténtica vergüenza ver al personal paseando por las calles, a los señores mayores bajando cada día a por el pan y el periódico, a la gente paseando al perro mil veces al día, a los jóvene ecapandose para fumar un piti o ver a los amigos. Todo ello por no hablar de la relajada cuarentena que se vive en muchos pueblos ni de los que están viajando esta Semana Santa para pasar estos días en la segunda residencia. Esto solo lo paramos con responsabilidad y quedándonos en casa.

Y así, actuando como idiotas, necios, imbéciles, estúpidos e irresponsables, es como contribuimos a empeorar la situación, a expandir el virus, a generar caos, a propagar el miedo, a aumentar estrés, a diseminar odio y a colapsar el sistema sanitario. Así es como nos convertimos en el mejor aliado del COVID-19.

El coronavirus pasará y la estupidez humana seguirá ahí. Hasta entonces podríamos hacer un esfuerzo, yo el primero, para disimular y no parecer tan estúpidos.

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