CAPITAL
Actualizado 22/03/2020 08:20:20
Encarna Muñoz

Javier Arribas, profesor del IES Machado, es uno de los sorianos que desde el lunes fabrican máscaras de protección contra el coronavirus sirviéndose de sus impresoras 3D.

Javier Arribas es uno de los muchos voluntarios que cada día dedican todos sus esfuerzos a luchar contra un virus que ha llegado para alterar completamente nuestra concepción del mundo. Desde Cidones, este profesor del Instituto Antonio Machado de la capital, elabora de forma diaria una veintena de máscaras de protección, una herramienta más para frenar la propagación del COVID-19 y un artículo de lujo ante el desabastecimiento generalizado.

En su misión tiene unos colaboradores indispensables, los primeros son cuatro impresoras 3D que no paran de funcionar desde el lunes pasado (16 de marzo). Los segundos lo forman equipo y sus correspondientes aliadas tecnológicas, y es que Javier Arribas se integra en un grupo de unos 10 sorianos que están sacando todo el provecho posible al confinamiento obligado.

Este grupo se configuró hace pocos días. "Siempre han existido colectivos de impresión pero yo, como profesor del Machado, me enfocada en otros temas. Cuando surgió esta crisis sanitaria me di cuenta enseguida de que los sistemas de protección iban a ser una necesidad, comencé a seguir grupos de Telegram a nivel nacional y en menos de 24 horas ya estábamos funcionando en Soria", cuenta nuestro protagonista.

Entre ellos hay organismos públicos, como el IES Machado o el Pico Frentes, y empresas privadas. Además "no paran de surgir personas y colectivos que se ofrecen para proporcionarnos ayuda personal o material", apunta Arribas.

La misión de este colectivo es sencilla: "elaboramos máscaras de protección". Y aunque Javier Arribas explica que "no son pantallas enfocadas a utilizarse con un fin sanitario por lo que no sustituyen a los cubrebocas y no están elaboradas para utilizarse en un quirófano porque no cumplen con la normativa"; sí constituyen una primera barrera para "profesionales que deben seguir trabajando, por ejemplo", afirma Javier Arribas.

Hasta el momento, sus máscaras de protección 'made in Soria' han llegado a supermercados, residencias de mayores, centros de discapacidad,... Las peticiones desembarcan "de todos los sitios donde te puedas imaginar", afirma este profesor reconvertido en fabricante de equipos de seguridad.

El trabajo sigue una velocidad de crucero. Ya se elaboran dos modelos, uno articulado (que tarda 4 horas en concluirse porque es más complejo) y otro sencillo (que tan solo requiere de dos horas). Con una máquina podían conseguir 6 máscaras articuladas al día pero ahora "podremos sacar el doble seguro".

Trabajo práctico, económico y rápido

Javier Arribas echa cálculos y cuenta que una máscara de protección puede suponerles unos 15 céntimos (sin contar energía eléctrica). Costes de producción que, por el momento, asumen de modo personal. "Yo pago la factura de la luz, que este mes será mucho mayor. Los plásticos de impresión son del IES Antonio Machado y el resto de material necesario lo tenía de antes", afirma pero aclara que "ya hay empresas que han contactado con nosotros para colaborar".

Todos forman una estructura horizontal, cada uno tiene su misión y la de Javier es el "diseño y la fabricación". Otros se encargan de la visibilización, recepción de necesidades, logística, distribución,... y Arribas cree que están demostrando que es una labor "práctica y muy rápida". Además, este profesor soriano pone en valor que "nadie manda más que otros y podemos gestionarnos. Igual otros sacan algo en claro".

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