NOTICIAS DE ÁGREDA
Actualizado 01/04/2020 10:45:35
Encarna Muñoz

Jesús del Río ha vuelto a demostrar que no hay distancia que se le ponga por delante.

Si algo tienen los grandes deportistas es que consiguen ver un reto ante cualquier adversidad que les plantea la vida. Este 2020, el Covid-19 ha llegado para ponernos el mundo patas arriba pero a Jesús del Río, Macari para los amigos, este virus de procedencia asiática le ha colocado delante de los ojos el gran reto que necesitaba para "volver a sentir cómo era yo".

El trabajo y estrés diario se habían conjurado en contra del ultramaratoniano soriano. "Llevaba meses que no estaba bien. Estaban siendo muy duros a nivel psicológico porque no podía hacer lo que yo quería", afirma Jesús del Río. Y lo que a él le gusta, obviamente, es devorar kilómetros de territorio.

Porque este agredeño se alimenta de carreteras y caminos. Él es, por ejemplo el "único" que ha concluido durante 5 años consecutivos la Centinela Running de Tarazona, una cita que pone a prueba hasta a los atletas más experimentados con sus 24 horas de duración. Ha superado distancias de 200 kilómetros sin detenerse.

Por ello, cuando el Covid-19 nos encerró a todos en casa, Jesús del Río encontró el desafío que necesitaban su cuerpo y su mente. Y no fue precisamente la enfermedad quien le puso este objetivo en su trayecto, lo hizo el recuerdo de la persona más importante de su vida. "Mi madre falleció hace cinco años y sus últimas palabras sirvieron para animarme a salir a correr. Por eso todos los 30 de marzo, un día después de su muerte y cuando cumplo años, la homenajeo corriendo", explica del Río.

Un homenaje que las circunstancias obligan a extender. "Con mi carrera también he querido recordar a todos los que se han ido y mandar mucha fuerza a los que han perdido a alguien y a los que luchan día a día contra este maldito virus", señala.

No podía faltar a esta importante cita y encontró en su pasillo la senda perfecta para reencontrarse. "Mi casa es grande pero quise ponerme un reto más difícil", afirma mostrando el orgullo característico del deportista. Paso a paso, zancada a zancada y después de 5 horas y 11 minutos este agredeño consiguió completar 1.950 vueltas al improvisado circuito. Esto se traduce en 54.000 pasos y un total de 50 kilómetros con 700 metros.

"Fui contando las vueltas con palillos para no volverme loco y cuando los recogí descubrí que la distancia era un poco mayor a los 48 kilómetros que marcaba el reloj", explica para que lo entienda quien haya seguido su hazaña por las redes sociales.

Para quien esto le parezca demasiado el gran Macari todavía tiene más. "Entreno diariamente y desde que estamos encerrados he hecho ya 240 kilómetros. Mi rutina consiste en dar 50 vueltas al pasillo, 50 vueltas en la parte de arriba de la casa y cinco series de 34 escaleras. Luego me voy a la zona de musculación para no perder la forma". Vamos, una exigencia solo apta para cuerpos entrenados.

Con el cuerpo a tope, Jesús del Río ha descubierto que la cabeza "vuelve a ser la misma. La cuarentena me ha venido bien". De nuevo se le ha vuelto "a calentar el motor" y ya es de los que repiten la frase de "cuando todo esto acabe" para marcarse otras aventuras a medio plazo. "En verano quiero correr durante 24 horas aquí en Ágreda para recaudar fondos para Aspace y también me han propuesto correr los 200 kilómetros que tiene la Vía Verde entre Teruel y Valencia".

Hay Macari para rato.

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