CAPITAL
Actualizado 06/04/2020 23:54:20

Carta de Justo Aldea Martínez, Jefe de Servicio de Anestesiología y Reanimación del Complejo Hospitalario de Soria.

Ante las reiteradas publicaciones inexactas y/o erróneas por parte de los medios de comunicación locales y nacionales, me veo obligado a exponer los hechos que en realidad están ocurriendo desde el inicio de esta crisis sanitaria bajo el prisma de un profesional de la sanidad que está implicado directamente en el trabajo diario y en la toma de decisiones.

La asistencia a pacientes críticos en nuestro país corre a cargo de los especialistas en Cuidados Intensivos (intensivistas) y los especialistas en Anestesia y Reanimación (anestesiólogos). En Soria las plazas de UCI que vienen estando operativas habitualmente son 10, bajo el control del Servicio de Cuidados Intensivos, pero ante la inminencia de los acontecimientos que se fueron desarrollando con los primeros ingresos en la UCI y siendo conscientes de la imposibilidad de atender a todos los pacientes según nuestras previsiones, los profesionales del Servicio de Anestesiología y Reanimación, nos apresuramos a organizar un plan de contingencia con la creación de 11 puestos de cuidados críticos derivando material tecnológico y profesionales sanitarios y no sanitarios del bloque quirúrgico hacia la nueva unidad, aunque manteniendo cierta actividad quirúrgica diaria imprescindible (fundamentalmente tumores y
fracturas).

El fin de semana del 28-29 de marzo, a pesar de todas las medidas tomadas por intensivistas y anestesiólogos, fuimos conscientes de que la situación podría desbordarnos. Ese mismo domingo fuimos convocados a reunión los directivos del hospital y los jefes de servicio que mayor implicación teníamos en la asistencia a los pacientes COVID-19, con la consejera de sanidad, que tuvo la deferencia de acudir personalmente, mostrando interés en conocer la situación real y voluntad para poner a nuestra disposición los medios a su alcance para evitar un posible colapso asistencial.

En dicha reunión se expusieron las necesidades materiales y de personal, la posibilidad de apoyo de los centros hospitalarios más próximos, la posibilidad de un hospital de campaña con el personal necesario para atención a enfermos críticos. A partir de ese momento percibimos que se empezaron a mover las cosas: llegada de material clínico, posibilidad real de traslados de pacientes…. Al mismo tiempo, por parte de Cuidados Intensivos, se empezó a habilitar tres nuevos puestos para pacientes críticos, contando con el máximo de personal y material necesario de que se disponía.

Quiero hacer hincapié en los siguientes hechos:

- Que la verdadera voz de alarma la pusieron los profesionales sanitarios y no los cargos políticos de las distintas administraciones como vienen alardeando en los medios de comunicación.

- Que las camas de un centro hospitalario y mucho menos las de cuidados intensivos, no las pone en funcionamiento ni el presidente de la Junta de Castilla y León, ni el alcalde de Soria tal y cómo han sugerido, sino los profesionales sanitarios que son los que tienen el conocimiento de las necesidades y de los medios técnicos y humanos que se necesitan para crearlas.

- Que los políticos deberían, al menos en situaciones críticas como esta, evitar la sobrexposición mediática. Estoy convencido de la buena voluntad de sus intenciones, pero lo que consiguen con este tipo de actuaciones es crear malestar y desmotivación entre los profesionales sanitarios y alarma e inseguridad en la población, no aportando soluciones reales.

- Que los médicos a la hora de tomar cualquier tipo de decisión que influya en nuestros pacientes, no nos dejamos influenciar por presiones mediáticas ni políticas.

- Que los medios de comunicación deberían contrastar los datos antes de difundirlos y no guiarse por apreciaciones y opiniones de políticos y tertulianos evitando crear confusión y angustia en la población.

- Que espero que este duro golpe sirva para reforzar el convencimiento de todos de que la sanidad pública merece mayor apoyo y más recursos que los que hasta ahora ha recibido, especialmente en nuestra provincia, la gran olvidada por todas las administraciones.

No quiero terminar mi exposición sin mostrar mi más sincera admiración por la manera en que todo el personal hospitalario está respondiendo ante una situación tan complicada y excepcional como esta. Quiero también transmitir que todos estamos muy agradecidos por todo el apoyo y cariño que estamos recibiendo estos días y a pesar del cansancio y sobresfuerzo, comunicar que estamos convencidos de que saldremos adelante.

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