Según el partido, "la pandemia del Covid-19 ha puesto de manifiesto que carecemos de una soberanía alimentaria, siendo Castilla y León una comunidad eminentemente agrícola y ganadera".
En Castilla y León, una comunidad eminentemente agrícola y ganadera, "una parte importante de nuestra producción ha tenido que malvenderse o dejarse estropear en los campos mientras los supermercados nos venden productos de origen foráneo", explican desde IU CyL.
Así por ejemplo, la formación ha denunciado en las últimas semanas la "difícil situación en el Norte de Palencia y otras provincias como León y Salamanca donde se da por perdida la cosecha de grandes cantidades de patata que no tienen salida, mientras aquí se siguen vendiendo patatas de origen francés. También está la queja de ganaderas y ganaderos de todas las provincias de nuestra Comunidad Autónoma por la falta de ventas de lechazos, cochinillos, etc. debido al cierre de restaurantes y hoteles".
La Soberanía Alimentaria que desde Izquierda Unida de Castilla y León "siempre hemos defendido", implica en primer lugar el consumo de productos de cercanía. Para ellos constituye "un sinsentido que un producto tan básico como la patata tenga que viajar miles de kilómetros -con el consiguiente coste ecológico por las emisiones que su transporte genera-, mientras las patatas que se producen aquí se echan a perder porque los grandes distribuidores no las compran. Defender la Soberanía Alimentaria implica la defensa de nuestra tierra y nuestra gente".
Desde Izquierda Unida de Castilla y León entienden que es "imprescindible que la Administración, tanto autonómica, como local y provincial, potencie y fomente el establecimiento de cauces cortos de comercialización que posibiliten la venta directa de productores y productoras a las familias y personas consumidoras". Por ello plantean las siguientes medidas:
? Potenciarlos mercados de cercanía. Ninguna comarca sin mercado semanal o quincenal.
? Conceder ayudas a fondo perdido a las explotaciones familiares que han perdido sus cosechas o animales a causa del confinamiento decretado por el Estado de Alarma. El objetivo de nuestras administraciones debiera ser que ninguna pequeña explotación agrícola ni ganadera de Castilla y León tenga que echar el cierre tras esta crisis.
? Apostar desde la propia Administración por el consumo de productos de cercanía. En los comedores escolares, en las residencias de personas mayores, en los Hospitales, en los Centros de Día de personas mayores o con discapacidad, en cualquier contrato con la administración, etc. deben consumirse principalmente productos cultivados lo más cerca posible de sus potenciales consumidores y consumidoras, priorizando la compra a las pequeñas explotaciones agrícolas y ganaderas de la zona sobre las macro granjas o explotaciones agrícolas cuasi industriales.
? Crear desde YA una línea de ayudas que fomente el cooperativismo agrícola y ganadero y la transformación en el medio rural de la producción propia, de forma que el valor añadido de esa producción se quede en el medio en el que se genera.
? Potenciar y fomentar la paulatina transformación de la agricultura y ganadería tradicional en ecológicas, renunciando al uso de productos perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana como glisolfatos, antigerminantes, etc. y declarando todo el territorio de la comunidad libre de transgénicos.
? Invirtiendo en el cuidado y conservación de montes y bosques autóctonos y fomentando su aprovechamiento sostenible
? desincentivando la urbanización de bosques y tierras de cultivo, de forma que éstas se dediquen a los usos agrícolas y ganaderos tradicionales y se rehabiliten, desde la iniciativa pública los pueblos para que todas las viviendas en estado ruinoso o de infravivienda puedan ser utilizadas por quienes desean seguir viviendo en el pueblo o “volver al pueblo” del que un día tuvieron que marcharse por falta de oportunidades laborales.
A estas medidas, desde Izquierda Unida de Castilla y León, entienden que es imprescindible sumar otras "igualmente fundamentales" para fijar población en el medio rural, como el mantenimiento y potenciación de los servicios públicos: educación, sanidad, transporte público, farmacias, correos, fibra óptica que lleve el internet de banda ancha a toda la comunidad, todos ellos públicos y de calidad.