PROVINCIA
Actualizado 29/04/2020 11:55:53

Delegación episcopal de pastoral social y penitenciaria se adhiere a las palabras del Papa Francisco en las que abogan por los derechos de los trabajadores.

Con motivo del 1 de mayo, Día internacional del trabajo, la Delegación episcopal de pastoral social y penitenciaria de la Diócesis de Osma-Soria ha abogado por la implementación de un "ingreso mínimo vital", especialmente para quienes realmente lo necesiten para cubrir sus necesidades más básicas. Se sitúa, de este modo, en la misma línea del Papa Francisco quien, en un reciente mensaje a los movimientos y organizaciones populares, expresó que “tal vez sea tiempo de pensar en un salario universal que reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas que realizan; capaz de garantizar y hacer realidad esa consigna tan humana y tan cristiana: ningún trabajador sin derechos”.

Un ingreso mínimo vital garantizado, el reconocimiento del derecho a la prestación por desempleo para las personas empleadas de hogar, la regularización extraordinaria e inmediata de los trabajadores sin papeles y un pacto de Estado que apueste por la centralidad de la persona y el trabajo decente son algunas de las demandas que, de cara al 1 de mayo, ha planteado la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), a la que se suma la Osma-Soria

Fuentes de la Diócesis han recalcado que impacto mundial que la pandemia del coronavirus está teniendo sobre el trabajo “es una gran preocupación” porque las consecuencias de esta triple crisis (sanitaria, económica y laboral) “serán muy duras para todos, pero golpearán significativamente a personas con trabajos más débiles, precarios, informales, cerca o por debajo del umbral de la pobreza, agravándose la desigualdad y el empobrecimiento de millones de personas”.

Pese a que los efectos de esta crisis se notan ya con los ERTEs, “la realidad es que en el mundo obrero oír hablar de precariedad no es nuevo” y esta situación “va a agudizar el problema, ya que, con datos en la mano, comprobamos que el 13% de los trabajadores son pobres”.

Así, en la Diócesis hacen un llamamiento, siguiendo la estela del Papa Francisco, “para establecer un nuevo pacto global que renueve el contrato social fortaleciendo así la democracia, preserve el trabajo y nadie quede descartado -incluyendo rentas que permitan sobrevivir-, hoy con mayor necesidad por el profundo impacto del COVID-19 en el trabajo”.

Cáritas ante el virus

En Cáritas de Castilla y León, entre las semanas entre el 15 de marzo y 6 de abril, se han llevado a cabo 30.000 intervenciones de los distintos programas para dar respuesta a esta nueva situación. "La imposibilidad de salir a la calle o de trabajar ha incrementado la precariedad", describen la entidad perteneciente a la Iglesia.

Soria, la provincia más pequeña de España, ha sido gravemente afectada por esta pandemia. En Cáritas Diocesana de Osma-Soria se han hecho eco de la campaña 'La caridad no cierra'. A través del programa de empleo se han llevado a cabo 54 respuestas a diferentes participantes, soportando un gasto de 809 euros. Además, en los otros programas, Cáritas diocesana ha destinado a los más vulnerables cerca de 28.000 euros tras el comienzo de la pandemia.

Aprovechando el 1 de mayo, en Cáritas han querido destacar la iniciativa que ha puesto en marcha la Diócesis creando un fondo especial, con un capital inicial de 125.000 euros y que se abrirá en los próximos días para recibir aportaciones de la sociedad soriana, para ayudar especialmente a los trabajadores y autónomos que hayan perdido el trabajo así como para negocios familiares que se encuentren en dificultades a consecuencia de la crisis del coronavirus.

El objetivo de Cáritas es no dejar sin ayuda a los que no tienen posibilidades de recursos y seguir trabajando para aquellos que se han quedado sin trabajo.

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