OPINIóN
Actualizado 10/05/2020 19:37:17

En las semanas más duras de la infección por este virus tan inesperado entrábamos a las residencias, encontrábamos personas con los ojos cansados y perdidos, atónitas… “¿Quiénes sois?”, nos preguntaban; del equipo Covid-Residencias, respondíamos; “¿y eso qué es?” Explicábamos que veníamos del hospital a ayudar en lo que pudiéramos…, ellos abrían los ojos y nos contestaban: “sí, sí, por aquí”, nos decían. Nosotros valorábamos la situación sobre la marcha, mirando aquí y allá, a veces sin saber por dónde empezar, no parábamos, nos mirábamos y rápidamente comenzábamos a organizar.

Tranquilos os vamos a ayudar…, todo comenzaba en las habitaciones, ellos, nuestros protagonistas, nos miraban sorprendidos, les hablábamos, les preguntábamos qué tal estaban y si les dolía algo, cómo lo estaban llevando, que maldito bicho había ahí fuera…, nos agarraban la mano, que no soltaban, a veces hasta bromeábamos; otras, con un nudo en la garganta; otras bajo las gafas, las pantallas de protección, una lágrima que no importaba, no se veía, y siempre una sonrisa para ellos y de ellos a nosotros.

Aquellos valientes que han estado luchando hasta el final, muy malitos, y nos estaban dejando, pero ellos no se han ido solos. Algunas veces susurré al oído, no estás sola, estamos aquí contigo, y tu familia también aunque no la veas, como si fueran ellos quienes le apretaran esa mano, su cara. Para tranquilidad de sus familiares, les digo que ellos estuvieron atendidos, no lo duden.

Y para las cuidadoras un abrazo, una admiración, han hecho más de lo que podían, a veces más de lo que sabían, para los que estaban ahí, para sus mayores, sus residentes, nuestros familiares. Nos intentaban explicar lo que no entendían o no sabían, y te decían: “tú dime qué y cómo, que yo lo intento y lo hago, solo explícamelo”. Para vosotras, ellas, valientes, GRACIAS.

Pero todo no ha sido caos, salvo los días de mayor agudización de la crisis, que no les voy a mentir. Ha sido duro, pero siempre con la mente puesta en el único objetivo, nuestros mayores. No solo hemos puesto medicaciones y luchado contra el COVID-19, también hemos intentado romper su monotonía, aunque fuera por un ratito, nos hemos sentado a los pies de su cama y les hemos preguntado por ellos, por cómo estaban, les hemos dado ánimo y hemos reído juntos. Mil nombres resurgen en mi cabeza escribiendo estas palabras, porque sin duda esto es lo más importante de la medicina. Algunos ya no están, pero no se nos olvidarán.

También hemos tenido momentos tensos, cuando nos recibían los trabajadores de las residencias con caras extrañadas, de “estos de blanco con pintas de astronautas, ¿a qué vienen?, con todo lo que tengo que hacer… “. Y sin embargo, tras estar con ellos, nos despedían con un “gracias” sincero y diciendo: “lo haremos así, como nos habéis explicado”.

Todo, en esta vida, requiere actuación cuando se desborda, todo requiere quizás de una reorganización del sistema, pero nuestros mayores en esta provincia no han estado solos, han tenido atención sanitaria, han tenido atención de sus pocas cuidadoras. Es cierto que en algunos momentos ver su soledad por el confinamiento y el aislamiento nos ha producido un pellizco en el corazón, pero cuando hemos estado con ellos y lo que hemos visto de sus cuidados, se nos llenaba el alma, no os imagináis las palabras y la preocupación que mostraban por ellos, por nuestros mayores.

Gracias a quienes nos ofrecieron formar parte de este equipo, que se formó de la nada y sin saber que pasaría. Y gracias a nuestros mayores, que hasta en las condiciones más difíciles, y a veces en los últimos momentos, nos han dado y nos siguen dando lecciones de vida.

Tres sanitarias de Soria que han hecho su trabajo como los cientos de sanitarios más de esta provincia, comunidad y país.

Gracias a nuestros compañeros del Equipo Covid-Residencias, por anteponer cualquier cosa al miedo o al desconocimiento y lanzarse a por ello, y por supuesto a todos los profesionales sanitarios y no sanitarios que han velado por todos y lo siguen haciendo desde sus diferentes puestos y servicios y que forman parte de este gran engranaje para ganar la batalla.

Ana Fernández, enfermera, y Jana Dubrava y María Martín, médicos residentes de Medicina de Familia. Miembros del Equipo COVID-Residencias de Soria.

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