El enfado cuando la realidad no sale como nosotros esperábamos nos puede durar unas horas o meses. Hablamos con la psicóloga soriana Silvia Mateo de cómo romper el círculo vicioso de la frustración social por haber quedado relegados en la desescalada.
Apenas unos cientos de sorianos han pasado hoy a la fase 1 de la desescalada. Solo los habitantes de San Pedro Manrique y su zona básica de salud han adquirido hoy los `privilegios´ de poder tomarse una cerveza o un café en la terraza de un bar, de visitar a familiares y amigos o de poder despedir en un íntimo funeral a un ser querido. Pero para la inmensa mayoría de sorianos el confinamiento se mantiene en los términos más estrictos de los disponibles ahora mismo en España.
Soria Noticias ha hablado con la psicóloga soriana Silvia Mateo sobre cómo gestionar esta frustración. “La frustración es una sensación que todos teneos, un estado emocional de enfado cuando las expectativas son distintas a la realidad. Ni mejores ni peores, distintas” explica Mateo. La realidad es que muchos se habían autoconvencido de que el día 11 Soria pasaría de fase y eso no ha llegado. “Muchas veces pensamos que la idea que uno tiene de la realidad guarda cierta relación con la realidad y, a veces, no es así” alerta.
En ocasiones la frustración se genera hacia una persona, es lo que conocemos como decepción, y en esas ocasiones es posible hablar con esa persona, trasladarle nuestro malestar o pedirle que cambia. No es el caso. Silvia Mateo reconoce que “enfadarse sirve para liberar tensión” pero mantener ese enfado solo nos provoca más enfado y frustración.
“Centrarse en cambiar la realidad es darse cabezazos contra una pared. Uno siempre debe centrarse en lo que él puede hacer en el presente” es el consejo de Mateo desde el Centro de Psicología Psique. Adoptar estrategias para llevar mejor la realidad, informarse mejor para evitar falsas expectativas y ocupar nuestro tiempo son algunos de los consejos para evitar que la frustración nos coma porque la frustración, como otras muchas emociones, se retroalimenta.
“Centrarnos en los privilegios de los demás solo nos hace estar más enfadados” explica Silvia quien recuerda que “la sensación de que no podemos hacer nada es falsa, porque dentro de nuestra medida todos somos responsables de la situación”. Por ello invita a “tomar todas las medidas que estén en nuestra mano”, en este caso cumplir con las normas sanitarias, para ayudar a controlar la crisis.
En este sentido Mateo cree que la falta de un relato más crudo de los hechos nos invita a ser más flexibles. “Si fuéramos más conscientes del dolor, de las muertes, de la realidad… el miedo nos ayudaría a ser más estrictos con nuestro comportamiento”.