Elia Jiménez, regente de la localidad, considera que a partir de este lunes es preciso mantener la tranquilidad, sin que este paso en la desescalada suponga grandes cambios en el último devenir en el municipio.
Ólvega inicia este lunes un paso más en la llamada desescalada en el confinamiento derivado por la crisis sanitaria. Será, junto a San Pedro Manrique (el lunes pasado) y a Berlanga de Duero (también mañana), uno de los primeros municipios sorianos que se adhieran a la Fase 1, tal y como ha permitido el Gobierno.
Precisamente hoy domingo, la localidad debería festejar la Bajada de la Virgen, un día en el que la imagen de la patrona bajo la advocación de Olmacedo, iba a llegar en romería al pueblo, desde su ermita. Algo que por primera vez en siglos no se llevará a cabo. Tampoco será llevada estos días para el novenario, con el fin de "evitar aglomeraciones", tal y como ha señalado la alcaldesa, Elia Jiménez. La talla seguirá en donde permanece todo el año y deberá esperar un año más. Su pequeño templo del que es titular también está cerrado.
La regidora ha explicado que a partir de mañana, ante el nuevo horizonte, apenas se esperan grandes cambios en el municipio, ya que la mayoría de los establecimientos de hostelería, como son los bares, estarán cerrados. "No hay muchas terrazas, y mientras no se permita el acceso a la barra, en el interior, a los propietarios no les es rentable abrir", ha comentado. Sin embargo, sí que existen otros establecimientos que, por las necesidades del sector de la logística y el industrial han permanecido abiertos durante la crisis, con las pertinentes licencias. "Estos sí que podrán tener terrazas, ya que servían comidas antes", ha explicado la alcaldesa.
Para otros sectores, como son el comercio, fuera de la alimentación, el servicio estará operativo, "con cita previa" para que los clientes puedan hacer sus compras para artículos que antes no estaban disponibles. Las peluquerías, que en la Fase 1 pudieron abrir, podrán aumentar el aforo.
En cuanto a los serivicios municipales, Jiménez ha destacado que la biblioteca pública comenzará su actividad, aunque no dentro de sus instalaciones. "Los usuarios podrán pedir libros, solicitándolos en la puerta y también llevar los que tenían en casa durante el confinamiento", ha reseñado, apuntando que evidentemente, las salas de estudio no estarán disponibles ni tampoco el área de ordenadores e internet.
En lo que es la funcionalidad para la demarcación del Moncayo, la alcaldesa habría preferido una apertura también con la vecina Ágreda, aunque ha recalcado que las razones sanitarias deben imperar a las de tipo económico. Es bien conocido que la localidad olvegueña, por su tradición industrial emplea a un buen número de agredeños, aunque también hay trabajadores de Ólvega que desarrollan su labor en la localidad vecina.
Con todo, Jiménez ha asegurado que "antes de retroceder es mejor no arriesgar", sobre todo "por no perder todo lo que le hemos ido ganando al virus". Una enfermedad que "está ahí".
Por último, ha lamentado que sobre todo en las personas mayores, el no poder contemplar la imagen de la patrona estos días está siendo algo duro. "Hay mucha devoción", ha descrito la alcaldesa, y resignada, ha mencionado el canal que la parroquia ha habilitado en Youtube para que los olvegueños puedan tener más cerca a la Señora de Olmacedo. "Es lo que hay, no podemos hacer otra cosa", ha concluido, confiando en la "responsabilidad y cautela" de sus vecinos en el buen desarrollo de las normas, tanto en lo que es higiene como en lo que está contemplado en el distanciamiento y confinamiento social.