Los trabajos desarrollados por la Junta se centran en digitalizar la información recopilada en el casco urbano de la villa ducal y en el castro de la localidad de Tierras Altas.
Dentro de las acciones de protección del patrimonio que la Junta de Castilla y León está realizando este año en nuestra provincia, han concluido recientemente los trabajos de campo para digitalizar la información generada por las distintas intervenciones de ‘arqueología urbana’ que se vienen realizando en la villa ducal de Medinaceli, con un presupuesto de 13.995 euros, y el estudio e investigación del castro ‘El Castillejo’, en Castilfrío de la Sierra, en el que se han invertido 17.908 euros.
Ambos proyectos, que cuentan con financiación de los fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional), son ejecutados por la empresa soriana Areco.
Arqueología urbana de Medinaceli
La Consejería de Cultura y Turismo está promoviendo distintas actuaciones para garantizar la protección y documentación del patrimonio arqueológico. Entre otros yacimientos de la provincia, la Dirección General de Patrimonio Cultural está actuando en la villa ducal de Medinaceli, con un proyecto para digitalizar la información generada por los distintos trabajos de ‘arqueología urbana’ que se vienen realizando en la villa desde los años 80 del pasado siglo.
El conjunto urbano de Medinaceli que hoy contemplamos es fruto de múltiples remodelaciones históricas, pero esconde un sustrato romano y medieval que hacen de la villa condal y ducal un yacimiento arqueológico de suma importancia.
Esta riqueza ha posibilitado el desarrollo de numerosas investigaciones desde hace cuarenta años, que han hecho necesario articular una arqueología urbana que permitiera compatibilizar el desarrollo de la villa con la documentación y conservación de su patrimonio soterrado.
Estas intervenciones, especialmente los seguimientos, vigilancias y excavaciones arqueológicas, están permitiendo de forma progresiva dibujar el ‘mapa arqueológico’ de las distintas tramas urbanas con las que se fue construyendo la historia de Medinaceli, lo que permitirá reconstruir su proceso de formación y transformación a lo largo de la historia.
Teniendo en cuenta la amplía información existente sobre el sustrato arqueológico de esta villa, resulta imprescindible, para gestionar esta documentación, integrarla en un Sistema de Información Geográfica (SIG). Los SIG son herramientas de gran utilidad para la gestión del patrimonio cultural, que permiten trabajar con bases de datos con información geográfica.
Ya han concluido los trabajos correspondientes a la recopilación, escaneado y georreferenciación de todas las planimetrías de las excavaciones efectuadas desde el año 1980 a 2019, como base previa a la digitalización y el establecimiento de directrices para unificar datos: análisis de cotas, análisis por etapas culturales, nivel de detalle, vinculación a los expedientes, etc.
En función de los parámetros establecidos, se aplicará la metodología para la digitalización e integración en un SIG de las excavaciones efectuadas en la plaza Mayor.
El patrimonio cultural se ha convertido en un elemento dinamizador de la economía de la villa de Medinaceli, que cuenta con el turismo como uno de sus principales recursos. El Arco Romano, por ejemplo, es uno de los monumentos más emblemáticos de España; prueba de ello es que desde hace más de cincuenta años es el motivo que ilustra la señalización de los lugares de interés monumental en las carreteras españolas. Conviene resaltar que los nuevos elementos materiales generados por la arqueología originan, además de conocimiento histórico, nuevos atractivos para los visitantes.
Castro de ‘El Castillejo’
El plan de investigación, conservación y difusión que en materia de arqueología desarrolla la Junta de Castilla y León tiene, entre sus líneas de actuación, la denominada ‘arqueología preventiva’ y la conservación de yacimientos arqueológicos, apoyando actuaciones de protección e investigación.
La mayoría de los yacimientos provinciales se encuentran en un medio rural muy despoblado, por lo que el objetivo de las intervenciones es su conocimiento y protección, así como, en su caso, sentar las bases de cooperación en el deber de conservación.
Entendiendo que sólo se puede conservar aquello que se conoce, requisito esencial para desarrollar estrategias apropiadas de protección y difusión, la Junta ha concluido los trabajos de campo en el castro de ‘El Castillejo’, en Castilfrío de la Sierra, con el fin de contar con una información previa que permita efectuar estrategias para su estudio y puesta en valor en el futuro.
Bajo la supervisión del Servicio Territorial de Cultura y Turismo, los trabajos han consistido en el análisis de la documentación previa, la realización de una prospección superficial del castro y su entorno, la ejecución de un corte transversal a la muralla para documentar los niveles de las piedras hincadas, el foso, las caras interior y exterior de la muralla y el nivel de uso, así como la realización del levantamiento topográfico del conjunto. Se actualizará asimismo, con toda la información, la base de datos del Inventario del Patrimonio Cultural de la provincia.
Este yacimiento arqueológico, fechado entre los siglos VI y IV antes de Cristo, constituye uno de los ejemplos más significativos de la cultura castreña soriana, ya que conserva de forma completa todos los elementos defensivos más representativos de los castros de la Edad del Hierro, como son las piedras hincadas, el foso y la potente muralla. A esto hay que sumar su imponente situación estratégica, dominando la llanada numantina y los pasos naturales entre el Alto Duero y la cuenca del Ebro, y su inclusión en la ruta señalizada existente de los castros de la Sierra de Montes Claros.
En las excavaciones que realizó Blas Taracena, en el primer tercio del siglo XX, se documentó un importante lote de cerámicas a mano y algunos fragmentos de bronce. En el interior no se localizaron muros de piedra, por lo que se considera que las casas fueron construidas con tapial o adobe y madera. La potente muralla que lo rodea alcanzaba en algunos puntos más de seis metros de espesor, por lo que se calcula que su altura pudo ser de más de cuatro metros. Esas importantes defensas estaban reforzadas con un pequeño foso y una amplia barrera de piedras hincadas.