PROVINCIA
Actualizado 13/08/2020 09:46:15
Encarna Muñoz

Con el verano y la pandemia los pueblos sorianos se han llenado de visitantes que parece que no tienen muy claro el concepto de prevención. Varios alcaldes piden refuerzos ante el aumento del número de contagios. Todos los focos están puestos en los jóvenes y sus fiestas privadas.

El Covid-19 no entiende de clases ni edades pero es cierto que ataca a una parte de la población de una forma mucho más cruel que a otra. Los mayores son conscientes de que pertenecen al grupo más vulnerable ante el coronavirus y desde marzo están respetando (en su gran mayoría) todas las medidas higiénico sanitarias que emanan desde las autoridades. Los jóvenes, también entrando en generalizaciones que pueden resultar injustas, se consideran ajenos al problema por sufrir la enfermedad de forma asintomática en la mayor parte de los casos.

Todas las administraciones, y en consecuencia todos los medios de comunicación, insisten en que la mayoría de contagios, que van a más durante los últimos días, se producen en reuniones familiares y de amigos. Por este motivo se adoptaron las decisiones de suspender las fiestas patronales, prohibir las celebraciones oficiales y oficiosas y limitado el ocio nocturno hasta las 02:00 horas de la madrugada, entre otras. Todas estas restricciones tenían un único objetivo: intentar que se evitasen las reuniones festivas en las que a medida que aumenta la tasa de alcohol en sangre se olvida el uso de mascarilla y la distancia de seguridad.

Pero en los pueblos de Soria se está asistiendo a un fenómeno difícil de controlar, el botellón en la vía pública, locales o domicilios particulares. Se reproducen las celebraciones privadas a lo largo y ancho de la provincia.

La misión de concienciar, pedir prudencia y aislar cuando llega el momento se pone bastante cuesta arriba y los pueblos de Soria asisten al más difícil todavía, pues deben realizar estas acciones con los mismos medios que contaban antes de la pandemia y hacerlo de cara a una población que se ha multiplicado durante los dos últimos meses.

El Burgo de Osma

Miguel Cobo, alcalde de El Burgo de Osma, se muestra "muy preocupado" por esta situación y anuncia que se convocó a la Junta Local de Seguridad para pedir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado "un mayor apoyo" durante las noches estivales. Su intención, aclara, "no es llamar a los geos para empezar a poner multas, sino que los agentes sirvan como elemento disuasorio que nos permita controlar la situación".

La decisión de convocar esta Junta Local de Seguridad se adoptó ante las "decenas" de llamadas que recibe el regidor cada día alertando de que "una vez que cierran los establecimientos hosteleros, los jóvenes se reúnen en las bodegas o en locales que alquilan para seguir la fiesta". Algo que, además de considerar "competencia desleal para la hostelería", es "toda una imprudencia" que puede llevar a un "municipio al límite a vivir una situación horrible".

Cobo afirma que "me siento en la obligación de cortar esta situación" porque "el día 1 de septiembre los que ocupan sus segundas residencias regresarán a las primeras y aquí nos quedaremos con el Covid y nos quejaremos de que tenemos el mismo número de camas de hospital". Por ello insiste y pide que "todos intentemos concienciar a nuestros jóvenes de que lo más prudente es evitar estas fiestas" y, a cambio, promete que "cuando todo esto termine me comprometo a traer el mejor concierto y habilitar tres días festivos si es necesario pero ahora debemos ganar tiempo a la enfermedad".

Golmayo

El alcalde de Golmayo y también presidente de la Diputación Provincial, Benito Serrano, considera que agosto va a ser el mes más complicado en Soria en lo que respecta a concentraciones porque ahora mismo la provincia "supera los 200.000 habitantes". "Hay mucha más gente joven que durante el invierno y es muy difícil decírles a unos niños de 12, 13 o 14 años que no se junten en la plaza del pueblo pero tenemos que hacer un esfuerzo", afirma Serrano para pedir "máxima prudencia a todos".

Lo más importante para Serrano es "sujetar el número de afectados durante los 15 o 20 días que nos pueden quedar de máxima aglomeración en los pueblos". Por ello, insiste en que "no podemos pensar que esto ya ha pasado y no va con nosotros".

Benito Serrano también incide en el papel del aislamiento preventivo. "En Golmayo ha habido casos de personas que han salido de casa habiendo dado positivo por coronavirus y eso hay que perseguirlo pues no solo se están poniendo en riesgo ellos, sino que nos están poniendo en riesgo a todos".

Covaleda

José Llorente, alcalde de Covaleda, asegura que en su municipio la situación no ha llegado a tales extremos. La localidad pinariega está inmersa estos días en las NO fiestas de San Lorezno y aún así, sí y según manifiesta su alcalde, "los vecinos y visitantes, que son muchos, se están comportando de forma bastante prudente".

"El momento más delicado", continúa LLorente, "es la hora del vermut pues en Covaleda se concentran la mayor parte de los establecimientos hosteleros alrededor de la plaza Mayor y es cierto que se puede ver alguna aglomeración". A pesar de ello, el regidor afirma que "se cumple la obligatoriedad de la mascarilla y todo está controlado".

Berlanga de Duero

Al sur de la provincia, en Berlanga de Duero, los jóvenes se reúnen para compartir buenos ratos pero "no lo hacen de forma descontrolada". "Aquí no se ha ido la situación de madre", afirma Jesús Fernando Barcones, alcalde de un municipio que ha visto cómo su población (la de Berlanga y sus pedanías) se ha triplicado durante las últimas semanas.

"Aunque la situación sanitaria parece que está controlada no podemos relajarnos. Hemos hecho un llamamiento a la responsabilidad y tanto vecinos como visitantes cumplen las medidas y están concienciados", señala Barcones que se muestra confiado de que "durante las no fiestas que están por venir sigamos en la misma línea".

El regidor explica que "en Berlanga las peñas son agrupaciones más pequeñas que en otros pueblos, no llegarán a las 25 personas, y aunque se van a juntar para comer o para cenar porque es algo irremediable, confío en que seamos responsables ante lo que puede pasar".

Ágreda

En Ágreda, otro de los enclaves turísticos de referencia de la geografía soriana, su alcalde afirma que "la situación entra dentro de lo que se puede considerar normalidad". Jesús Manuel Alonso refiere "no tener conocimiento oficial de que se hayan producido grandes concentraciones", sean de jóvenes o de menos jóvenes.

Confirma que "es cierto que se puede ver un número mayor de personas en terrazas, veladores y establecimientos hosteleros pero nada fuera de los movimientos que se pueden considerar normales" y "siempre respetando las medidas de seguridad porque creo que la población está concienciada de todo lo que conlleva esta situación". Y respecto a las celebraciones que han debido suspenderse por la pandemia, el regidor cuenta que "en las no fiestas de la Juventud sí se pudo ver mayor presencia de jóvenes pero no tengo noticia de que se organizasen macrobotellones como sucedía antes de la pandemia en otros puntos de la provincia".

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