La centenaria, con la placa conmemorativa, rodeada de residentes. /Dip.


NOTICIAS DE ÁGREDA
Actualizado 21/08/2020 17:24:33

La jubilada cumple un siglo en la residencia Nuestra Señora de los Milagros, en su localidad natal, rodeada de familiares y cercanos, cumpliendo su sueño de llegar a los cien años.

"Una mujer que ha sabido ver la cara amable de la vida, aunque no siempre la esté mostrando". Con estas palabras definen a María Molero Ruiz quienes la rodean. Una apreciación a la que ella remarca: "En cien años da tiempo a mucho. A vivir una guerra, a pasar hambre, a casarse, criar hijos, nietos… e incluso estar confinada por una pandemia”, asegura la protagonista del día, quien nació el 21 de agosto de hace cien años en Ágreda, en el seno de una familia labradora y feligresa de la parroquia de San Miguel, ahora extinta y asimilada a la de la Virgen de los Milagros.

María es la mayor de siete hermanos y dedicó su infancia y juventud a ayudar en las tareas del campo y del hogar. Se casó con 22 años de edad se con Tomás Sevillano Alonso, con quien tuvo dos hijos, Juan José y María Felipa, con una descendencia que se continúa con cuatro nietas y siete bisnietos.

Hasta los 98 años estuvo al cuidado de su hermano menor, quien convivió con ella 53 años.

Como muchas familias de Ágreda fue testigo de la Guerra Civil española y la posguerra, y de cambios tan importantes como la llegada suministro de agua a los hogares de la Villa de las Tres Culturas y la luz eléctrica.

Vive en la residencia de Nuestra Señora de los Milagros, donde aseguran que siempre recuerda con total nitidez avances que ha visto llegar, sobre todo en las tareas del hogar, como "el gran invento que es la lavadora", que evitó el duro trabajo manual con el consiguiente frío en las manos tras la faena en el río.

Sin poder pasar esta jornada con sus seres cercanos, la Diputación ha querido homenajear su centenario junto a todos sus compañeros de residencia con los que convive cada día. "He estado muy bien rodeada y acompañada”, ha agradecido la longeva agredeña.

Siempre cerca de su familia, amigos y vecinos ha sido fiel a su lema: “Haz el bien al que te rodea y nunca estarás solo”. Una frase que define su carácter abierto, paciente y comprensivo. Carácter que le ha ayudado a adaptarse a los nuevos tiempos a pesar de su edad, aportando la sabiduría de la experiencia, y la calma y el sosiego que sólo los años puedan dar. "Es el secreto de los cien años", detalla, lúcida, María.

Ahora, con cien años, y a pesar de la pandemia del coronavirus, se encuentra muy bien atendida y acompañada en la residencia de la Villa de las Tres Culturas, donde siempre es bien recibido un cumpleaños entre los moradores.

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