El Numancia ha perdido en apenas 2 años un enorme capital deportivo, económico y de valores. Los pocos restos que quedan de lo que un día fue un club admirado en toda España tienen orden de derribo.
Sin proyecto, sin entrenador, con solo 4 jugadores para el primer equipo y, desde hoy, sin director deportivo. El Club Deportivo Numancia da un paso más hacia una cegadora oscuridad que solo conduce a la nada más absoluta. Un camino del que algunos pretenden sacar la máxima tajada posible y que dejará heridas imposibles de cerrar en el corazón de los sorianos.
La radiografía del club da ahora mismo tanta pena que lo de menos es saber si el club jugará al año que viene en Segunda o en Segunda B. Empezando por el césped donde ahora mismo solo cuentan con 4 jugadores disponibles para Segunda B y un cabreo monumental en el resto de la plantilla que ve su situación laboral bloqueada y acabando por las oficinas donde el ambiente dista mucho de ser el que fue y las reducciones salariales propuestas han supuesto el último clavo en el ataúd para la moral de muchos.
El equipo se encuentra a 24 de agosto sin entrenador, sin plantilla y, desde hoy, sin director deportivo. Cesar Palacios se despedía hoy entre lágrimas de una larga etapa de su vida con 16 años en Soria, 6 como jugador y 10 como director deportivo. El navarro se ha deshecho en elogios hacia los valores del club y ha pedido que no se pierdan y, aunque no lo ha verbalizado, ha dejado claro que su continuidad en el club rojillo se debe más a la decisión del club que a la suya personal. “Yo estaba con fuerza de intentar seguir ayudando” o “el Numancia no lo veía tan claro” son algunas de las frases con las que Palacios, tal elegante como siempre, ha querido zanjar el tema.
A todo esto se le suma la propia situación administrativa del club. Hoy el presidente Moisés Israel no ha querido admitir preguntas y ha emplazado a los medios a una nueva cita esta semana, tal vez con la presentación del nuevo director deportivo. Mientras, el club prepara una operación de ingeniería financiera cuanto menos cuestionable por la que el propio club comprará, con préstamo solicitado a entidades financieras de por medio, acciones a sus propietarios. Lo hará al precio que estos pagaron hace 2 años, con el club en Segunda, y con un máximo del 20%. Un traslado de capital de la entidad a sus propietarios similar al ya acontecido con los dos repartos de dividendos que estaban estipulados en la compra-venta del club. Todo 100% legal, todo tremendamente desleal con los intereses del C.D. Numancia.
Los pocos restos que quedan de lo que un día fue un club admirado en toda España por su gestión económica y deportiva tienen hoy orden de derribo. El Numancia está hoy vaciado deportiva, económicamente y moralmente.