Esta última edición ha sido un tanto diferente, debido a las medidas establecidas para controlar la pandemia: menos profesionales y menos espectadores.
El consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega, calificó en el acto de apertura de la XXIII Feria de Teatro de Castilla y León esta edición de la cita mirobrigense como “un espléndido ejemplo de cómo afrontar la realidad con responsabilidad”. Con las medidas de prevención como prioridad, el evento ha demostrado que la cultura puede ser segura con la colaboración de técnicos, compañías y el propio público. Los espectadores han respondido a las convocatorias y han mostrado en todo momento una actitud colaboradora ante las limitaciones de aforo y las normas de distanciamiento, acceso y desalojo de espacios. Idéntica actitud han mostrado los profesionales, en una edición en la que también se ha visto reducido el número de asistentes: 150 programadores, gestores y representantes de las compañías.
La Feria ha desarrollado parte de su actividad para profesionales vía ‘online’ con el propósito de facilitar el encuentro, aligerando las actividades presenciales para minimizar los riesgos y aglomeraciones. También se ha reforzado la parte no presencial con nuevas iniciativas, como la creación de un Catálogo de compañías de Castilla y León, alojado ya de forma permanente en la página www.feriadeteatro.es en su apartado Feria Virtual, que contribuye al objetivo de promoción de las formaciones de la Comunidad. Estrenado durante la edición, este repertorio acoge ya información sobre más de 80 grupos castellanos y leoneses, 73 de ellos de trayectoria consolidada y 11 más de reciente formación.
A diferencia de ediciones anteriores, solo el hecho de poder desarrollar la programación constituye por sí mismo un éxito después de varios meses de parón en el sector de las artes escénicas, especialmente castigado por la pandemia. Esta situación hacía especialmente necesaria la celebración para contribuir a la reactivación del mercado y devolver la confianza a los ciudadanos en los actos culturales. En las actuales circunstancias adversas, la Feria de Teatro de Castilla y León llevará a término su programación esta noche, con una última función a cargo de la compañía madrileña Las XL, que completa la relación de 32 formaciones participantes. El encuentro se ha confirmado, además, como punto de reunión de los profesionales, que han agradecido la ventana de oxígeno abierta en Ciudad Rodrigo con esta edición especial que les ha permitido reencontrarse. El carácter de mercado escénico se amplía también con la información sobre las compañías que han presentado su candidatura y no han podido formar parte de la programación.
Con el objetivo de no realizar una edición testimonial, se ha optado por mantener la oferta por encima del medio centenar de funciones —pese a la reducción del número de compañías—. La repetición de pases de muchos de los espectáculos ha permitido compensar la reducción de aforos. También se ha optado por realizar una feria expandida, con actividades no limitadas a los cinco días centrales mediante convocatorias de animación previas para los vecinos e intervenciones con jóvenes.
Un año más, se ha primado la presencia de grupos de Castilla y León, que, pese a reducirse el número total de participantes, han mantenido su presencia en términos absolutos y la han incrementado porcentualmente. La mitad de las compañías seleccionadas, 16, son de la Comunidad, a las que se sumaron otras 6 en la programación paralela y complementaria.
La edición ha contado también con su repertorio de primicias. Doce estrenos absolutos y dos más en español han jalonado una programación dirigida a espectadores de todas las edades, que ha abarcado un amplio abanico de géneros y se ha convertido en un laboratorio de las tendencias que pueden imponerse en el sector debido a las circunstancias y limitaciones en un futuro inmediato: teatro documental, teatro foro, artes vivas y nuevas dramaturgias. Se ha mantenido también el carácter de servicio público para empresas y profesionales, pero también para la población, con precios asequibles y una programación multidisciplinar y equilibrada.
La elección de espacios ha estado también determinada por la situación, con buena parte de las representaciones celebradas a cielo abierto y aforos reducidos tanto en esos recintos acotados como en las salas. Sin renunciar al cometido de la Feria de mostrar el patrimonio mirobrigense como marco de las propuestas escénicas, los quince escenarios de ediciones anteriores se han reducido a nueve adecuados para implantar las medidas de seguridad: las salas del Teatro Nuevo Fernando Arrabal, AFECIR e IES Tierra, y los escenarios al aire libre del Patio Mayor del Seminario, Patio de Los Sitios, Jardines de Bolonia y el patio Misioneras-Santa Teresa, además de la plaza del Buen Alcalde y el Palacio de Montarco —sede de Divierteatro— y el patio del Palacio Episcopal.