Bodegas en San Esteban de Gormaz. /SN


NOTICIAS DE SAN ESTEBAN DE GORMAZ
Actualizado 31/08/2020 22:26:17

Agosto y septiembre son meses de vendimia, también en San Esteban de Gormaz (Soria). Si te gusta el buen vino, pero no sabes qué criterios debes seguir a la hora de elegirlo, estás en la pieza indicada.

Decía Fellini, que “un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria”. Otra cosa no, pero sabiduría el cineasta tenía para rato.

Por todos es sabido que agosto y septiembre son meses de vendimia. Tiempo de recoger la uva y crear ese caldo con el que, de una forma u otra, todos nos hemos manchado alguna vez los labios. En Soria no se nos conoce por ser diestros a la hora de elegir un buen vino, aunque tenemos presencia en la materia gracias a sitios como San Esteban de Gormaz, tierra de lagares y bodegas; y la taberna de Vinos Lázaro, cuyo vino dulce siempre acapara la atención de los turistas. En serio: sabemos de vinos, y no tenemos mal criterio para seleccionarlos.

Como muestra de ello, aquí te dejamos seis claves que tienes que tener en cuenta para saber elegir un buen vino, y que no te la cuelen.

1. Saber a qué acompaña

Los hay a patadas: tinto, blanco, espumoso, rosado, dulce, de aguja… Pero lo primordial a la hora de elegir un buen vino es saber si lo vas a maridar y con qué.

¿Que para comer en casa de tus suegros toca pescado, marisco o ensalada? Lleva un vino blanco o un tinto joven, que pega con comidas ligeras. Si es domingo y toca paella o jamón, los tintos de media crianza pueden ser una buena elección. ¿Que vas a pedir lo más contundente de la carta? Vino tinto con un cuerpo robusto y bien estructurado, sin duda. Ideal para acompañar carnes, pates, quesos azules y comidas con más grasa.

Si ya nos ponemos exigentes, también el clima y la hora pueden ser un factor a tener en cuenta cuando vamos a comprar o pedir esta pócima tan versátil. Cuando el calor y la humedad aprietan, se recomienda un vino fresco: un rosado o un blanco puede ser una buena elección. Con el frío pegan más los vinos con más cuerpo, como el tinto.

2. Leer la etiqueta

¿Irías a ver una película sin leerte antes la sinopsis? Pues eso. Leer la etiqueta también es importante, porque te ayudará a saber con qué uvas se ha hecho el vino, su añada y otras particularidades de la cosecha. La uva blanca que suele utilizarse en España para elaborar vinos blancos es las de Verdejo: dura bastante en la boca y tiene un aroma afrutado que recuerda a la hierba y la piña. En San Esteban de Gormaz, la uva que se cultiva es la Tempranillo. Es la más común en toda España. Se trata de una uva no muy ácida y seca. Su olor te recuerda al de los frutos del bosque. Por otro lado, la uva más conocida es la Cabernet Sauvignon, con un sabor más fuerte y penetrante.

También existen distintos organismos reguladores para certificar el control y los estándares de calidad del origen de los vinos (DOC, DOCA, DO, AC, DOCG). La denominación o selección de origen es un sello reconocido y avalado de calidad del vino.

3. Presta atención a la botella

No es broma: la forma de la botella puede indicar muchas cosas sobre un vino. Normalmente, las bodegas suelen utilizar un vidrio más grueso o pesado para las referencias de alta gama. Lo que se traduce en que si la botella, pesa es bueno. Con este tipo de botellas el vino tiene mayor resistencia a los agente externos, y se mantiene el sabor pese a la presión interior.

Por otro lado, el tamaño del corcho también es importante. Un dato curioso que no muchos conocen. Un corcho más grande implica que la calidad del vino mejorará con el tiempo, porque está preparado para ser conservado.

4. El eterno dilema: ¿vino joven o de barrica?

Los vinos jóvenes son más frescos y afrutados, y algunos tienen matices ácidos. Se embotellan justo después de su fermentación. Por otro lado, los de crianza suelen tener más fuerza mucho aroma y más cuerpo, y pasan por un proceso de maduración en barrica antes de ser embotellados.

Cuanto más tiempo pasa un vino en barrica, mayor es su precio y calidad. Entre los que vienen determinados por su tiempo de maduración, están los de Cosecha (de 0 a 6 meses), Crianza (de 6 a 18 meses), Reserva (de 12 a 36 meses) o Gran Reserva (de 24 a 36 meses). Seguramente, si estás en el supermercado también encuentres que en la etiqueta figura la palabra ‘Roble’ o ‘Semicrianza’. Significa que estos vinos han pasado por barrica un tiempo, pero no el suficiente establecido por los Consejos Reguladores.

5. La graduación del vino

Los grados de alcohol también son un factor importante a tener en cuenta. Por norma general, la mayoría de los vinos buenos, se sitúan entre el 12% y el 16% de graduación. Depende de la zona de cultivo. La recomendación suele ser optar por una graduación media. Un vino ligero tiene entorno a 10,5% y un vino de 12,5% es uno con cuerpo.

6. Deja que tu olfato te guíe

Sorprendentemente, las papilas gustativas y la lengua no son los mejores órganos para apreciar un vino. Es el olfato el verdadero protagonista de la cata. De esta forma es más fácil decidir qué vino queremos probar o si su sabor se corresponde con lo que estábamos buscando.

A través del olor se analizan los aromas y las percepciones sensoriales sobre el sabor clasificándolo a través del olfato en florales, frutales, tostados y más.

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