NOTICIAS DE ÁGREDA
Actualizado 07/10/2020 10:29:48

El Papa Francisco acepta la renuncia, por edad, del prelado agredeño al frente de la Archidiócesis aragonesa. Será arzobispo emértito de esta demarcación eclesiástica.

El Papa Francisco nombró ayer, 6 de octubre de 2020, a Carlos Manuel Escribano arzobispo de Zaragoza. Este nombramiento se produce después de la aceptación de la renuncia por edad del agredeño Vicente Jiménez Zamora al Arzobispado de la capital mañan el 28 de enero de 2019. Hasta la toma de posesión de su sucesor, el próximo 21 de noviembre, Jiménez Zamora será administrador apostólico de la Archidiócesis. Su despedida se producirá el domingo 15 de noviembre en una celebración a las cinco de la tarde en la catedral basílica del Pilar.

En una carta de acogida al nuevo arzobispo, Mons. Jiménez Zamora escribe: “El Señor Nuncio Apostólico en España me comunica que por disposición de la Santa Sede continuaré gobernando la Diócesis en calidad de Administrador Apostólico hasta la toma de posesión de mi Sucesor, conforme a las normas del Derecho de la Iglesia. Orad por mí para que sepa servir la comunidad cristiana en este tiempo de espera hasta la venida del nuevo Pastor. Pidamos también en la oración de los fieles por el nuevo arzobispo ante su próximo ministerio pastoral en nuestra Diócesis”.

Tras la toma de posesión de Escribano como nuevo arzobispo, el prelado agredeño pasará a ser arzobispo emérito de Zaragoza.

Vicente Jiménez Zamora nació en la Villa de las Tres Culturas el 28 de enero de 1944, y realizó sus estudios en el seminario diocesano de El Burgo de Osma. Fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1968. Es licenciado en Filosofía por la Universidad de Santo Tomás de Roma, en Teología Dogmática por la Universidad Gregoriana de Roma y especializado en Teología Moral por la Academia Alfonsiana de la Universidad Lateranense de Roma. El 21 de mayo de 2004 el papa Juan Pablo II le nombró obispo de la diócesis de Osma-Soria, de la que había sido sacerdote, vicario general y administrador diocesano, recibiendo la ordenación episcopal de manos del nuncio apostólico en la catedral de El Burgo de Osma el 17 de julio de 2004. Tras ser nombrado obispo de Santander por el papa Benedicto XVI, tomó posesión de la Diócesis el 9 de septiembre de 2007. El 12 de diciembre de 2014 fue nombrado arzobispo de Zaragoza por el papa Francisco, tomando posesión el 21 de diciembre siguiente. A su vez, D. Vicente Jiménez Zamora ha desempeñado diferentes cargos tanto en la Conferencia Episcopal Española como en la Santa Sede, perteneciendo a la comisión episcopal de la Doctrina de la Fe y a la de Pastoral Social. Desde ayer, 6 de octubre de 2020, es administrador apostólico de la archidiócesis de Zaragoza.

El Ayuntamiento de Ágreda ha emtido unas palabras hacia su paisano, que es Hijo Predilecto del municipio que son como siguen: "Un orgullo tener un agredeño tan ilustre, que ha sabido llevar el nombre de su pueblo por tantos lugares. Gracias por su labor en Zaragoza como arzobispo y donde ha sabido ser 'un agredeño muy maño'. Esperemos que en esta nueva etapa, siga lleno de entrega e ilusión como siempre manifiesta y también que le de más tiempo para venir a visitarnos. Su pueblo le recibirá con los brazos abiertos, como siempre. Damos la bienvenida a monseñor Carlos Escribano, que tuvimos el placer de tenerlo entre nosotros, presidiendo la Misa Mayor del día de la Virgen de los Milagros de 2019".

La carta de Vicente Jiménez Zamora es como sigue:

"Queridos diocesanos:

Con gran gozo os anuncio una buena noticia: el Santo Padre el Papa Francisco ha nombrado un nuevo Arzobispo para nuestra Diócesis de Zaragoza. Es S. E. R. Mons. Carlos Escribano Subías, hasta ahora, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño. D. Carlos es conocido y querido por nosotros, porque ha sido sacerdote de nuestro presbiterio diocesano de Zaragoza. De aquí salió para ser el obispo y pastor de la Diócesis hermana de Teruel y Albarracín. Ahora viene desde la Diócesis vecina y hermana de Calahorra y La Calzada-Logroño. Por tanto vuelve a su casa.

Damos gracias a Dios, que cuida siempre de su Iglesia, y agradecemos al Papa Francisco el nombramiento del nuevo pastor para nuestra Diócesis de Zaragoza en la persona de Mons. Carlos Escribano Subías.

La sucesión apostólica continúa en nuestra Diócesis. Los Obispos, pastores visibles pasamos, pero Cristo, el “Supremo Pastor” invisible (1 Ped 5, 4) y “Obispo de nuestras almas” (1 Ped 2, 25) permanece para siempre. Cristo Jesús “el Buen Pastor no abandona nunca a su rebaño, sino que lo custodia y lo protege mediante aquellos que, en virtud de su participación en su vida y misión, desarrollando de manera eminente y visible el papel de maestros, pastores y sacerdotes, actúan en su nombre en el ejercicio de las funciones que comporta el ministerio pastoral y son constituidos como vicarios y embajadores suyos” (Exhortación apostólica, Pastores gregis 6).

Os exhorto vivamente a recibir al nuevo Arzobispo como al que viene en nombre del Señor. Debemos ver en él “un signo vivo del Señor Jesús, Pastor y Esposo, Maestro y Pontífice de la Iglesia” (Juan Pablo II, Pastores gregis 7).

Os invito a recibir a nuestro nuevo Arzobispo como a un padre, hermano y amigo. Estoy seguro de que le acogeréis como me acogisteis a mí con la nobleza de las gentes de Aragón, con el sentido de comunión eclesial y con el ánimo bien dispuesto a la colaboración en la misión evangelizadora de nuestra Iglesia Diocesana.

Nuestras iglesias, nuestras casas, nuestras obras, y, sobre todo, nuestros corazones se abren para recibirle. Viene a una Diócesis, que ya conoce y ama, que es la suya, hecha de siglos, marcada por la presencia secular de la Virgen del Pilar desde los comienzos de la predicación evangélica por el apóstol Santiago a las orillas del río Ebro.

Llega en esta hora marcada por el anuncio de la alegría del Evangelio, como nos indica el Papa Francisco en la exhortación apostólica Evangelii gaudium. Viene en tiempos de pandemia a causa del coronavirus, Covid-19, con las consecuencias de la gran crisis sanitaria, social, económica y laboral de muchas familias. Estos tiempos de dificultad y de prueba son una llamada a la conversión pastoral, a la salida misionera, al testimonio personal y en la vida pública, y a la solidaridad con las personas más vulnerables. Aunque nuestra fe, como la de los apóstoles es débil y nos invade el miedo, tenemos la seguridad de que el Señor está con nosotros en la barca de su Iglesia atravesando la tempestad de la pandemia y nos dice: “Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe” (Mc 4, 40).

El Señor Nuncio Apostólico en España me comunica que por disposición de la Santa Sede continuaré gobernando la Diócesis en calidad de Administrador Apostólico hasta la toma de posesión de mi Sucesor, conforme a las normas del Derecho de la Iglesia. Orad por mí para que sepa servir a la comunidad cristiana en este tiempo de espera hasta la venida del nuevo Pastor. Pidamos también en la oración de los fieles por el nuevo arzobispo ante su próximo ministerio pastoral en nuestra Diócesis.

Desde ahora rogamos al Señor, por intercesión de la Virgen del Pilar, para que le conceda a D. Carlos Escribano Subías el espíritu de consejo y de fortaleza, de ciencia y de piedad para que, pastoreando fielmente al pueblo que le ha sido confiado, edifique la Iglesia como sacramento en el mundo. Le deseamos que tenga en el ejercicio de su ministerio episcopal audacia de profeta, fortaleza de testigo, clarividencia de maestro, seguridad de guía y mansedumbre de padre.

Carlos, ¡Felicidades! ¡Bienvenido a esta Diócesis Cesaraugustana!

Con mi afecto y bendición,

+ Vicente Jiménez Zamora

Administrador Apostólico de Zaragoza"

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