La Dehesa sirve de vía de escape a los sorianos. El parque se vuelve todo un oasis durante el otoño. La variedad cromática hace único al púlmón de Soria.
En otoño Soria es un placer. Un placer para los sentidos que se convierte en mágico cuando uno se adentra en el pulmón de la capital. La Dehesa ofrece su mejor imagen durante esta época del año pues es cierto que las temperaturas han descendido pero la naturaleza, a cambio, nos regala una paleta de colores amplia y variada.
Los sorianos lo saben y durante los días festivos se refugian en este remanso de paz que dispone rincones para todos. Sentarse a reflexionar en un banco, jugar con los más pequeños y las hojas socas buscando una fotografía para el recuerdo, deleitar a las coquetas ardillas con unos frutos secos, o dar de comer a las palomas para sentirse como el entrañable personaje de Mary Poppins.
Casi todo está permitido en este espacio al aire libre que también ayuda a escapar durante unos minutos del coronavirus. Si te concentras, puedes incluso imaginar cómo era pasear por su interior cuando no llevábamos todos mascarillas.