Artículo de opinión de Alejandro Ramos Barrios.
La ineptitud, la manipulación y la falta de información en la gestión de esta crisis, junto con la incoherencia y los continuos desprecios a la Constitución y a las instituciones del Estado, merecen, sin duda, un reproche social y político hacia este Gobierno. A pesar de que estos motivos son más que suficientes, creo sinceramente que la moción de censura presentada por VOX en el Congreso fue una pérdida de tiempo, porque no era ni el momento más adecuado, ni se empleó el método más acertado para su defensa.
Actualmente en España nos encontramos, de nuevo, en estado crítico debido a la pandemia. El COVID19 se sigue cobrando muchas vidas humanas, el número de contagios es muy elevado y las consecuencias económicas y sociales nos conducen a niveles insostenibles de pobreza.
En mitad de este escenario, en lugar de trabajar conjuntamente por una ciudadanía sacrificada, que está pidiendo a gritos seguridad, certeza y que sus políticos tomen de una vez por todas el control de la situación sanitaria y económica, no se les ocurre otra cosa que debatir intensamente, durante dos días, una moción de censura estéril, que se sabía desde el principio que no iba a prosperar.
A pesar de ello y tras escuchar las diferentes posturas del hemiciclo, creo que no me equivoco si afirmo que una inmensa mayoría de los españoles no queremos seguir anclados en el pasado ni en el enfrentamiento continuo; queremos vivir el presente y mirar hacia el futuro; queremos unión y no fracturas; queremos libertad, progreso, convivencia y concordia y, por último, haciendo mías las palabras de Pablo Casado, queremos grandes mayorías que cambien los malos gobiernos y lideren las grandes naciones, como es el caso de España.