El Sindicato de Enfermería denuncia que, pese a existir ya una clara evidencia científica sobre la transmisión del coronavirus por aerosoles, muchos profesionales sanitarios no cuentan en su desempeño habitual con la máxima protección, al no disponer de mascarillas autofiltrantes tipo FFP2 o máscaras provistas con filtro contra partículas P2. SATSE subraya que se están produciendo aún un alto número de contagios entre el personal sanitario de nuestro país, especialmente entre las enfermeras y enfermeros, los cuales, según la evidencia científica, se registran en la mayoría de casos en su lugar de trabajo por una exposición constante a aerosoles.
El Sindicato de Enfermería, SATSE, ha reclamado al ministro de Sanidad, Salvador Illa, que haga todas las gestiones oportunas para que las enfermeras y enfermeros, fisioterapeutas y el conjunto del personal sanitario puedan utilizar siempre mascarillas de una mayor protección, como son las FFP2, una vez que se ha demostrado científicamente la transmisión del coronavirus por aerosoles.
SATSE denuncia que, pese a existir ya una clara evidencia científica que permite afirmar que el virus SARS CoV- 2 se transmite también por aerosoles, muchos profesionales sanitarios no cuentan en su desempeño habitual con la máxima protección, al no disponer de mascarilla autofiltrante tipo FFP2 o media máscara provista con filtro contra partículas P2 y tener solo a su disposición mascarillas quirúrgicas.
Una situación que debe cambiar, según SATSE, por lo que se ha dirigido por carta al titular de Sanidad, pidiéndole una actualización urgente del documento ‘Procedimiento de actuación para los servicios de prevención de riesgos laborales frente a la exposición al SARS-COV-2’, ya que se ha quedado obsoleto a raíz de la nueva evidencia científica.
Asimismo, SATSE demanda que se aumente la protección y se facilite el uso de mascarillas autofiltrantes contra partículas FFP3 o media máscara provista con filtro contra partículas P3 cuando de la evaluación de riesgos se derive que se realizan procedimientos asistenciales en los que se puedan generar bioaerosoles en concentraciones elevadas.
Para argumentar sus demandas, el Sindicato destaca que el ‘Informe científico sobre vías de transmisión SARS-CoV-2’, elaborado por el CSIC para el Ministerio de Ciencia e Innovación, concluye también que existe una evidencia significativa sobre la transmisión de la infección por SARS-CoV-2 por vía de aerosoles y que hay también un apoyo sustancial de la comunidad científica a la posibilidad de que sea la forma de transmisión dominante y a que sea la forma más habitual de contagio en eventos de super-propagación.
De hecho, apunta, el Ministerio ya ha publicado un nuevo documento técnico sobre medidas de prevención ante la transmisión del virus por aerosoles, aunque en el mismo se muestra muy laxo en cuanto a las recomendaciones concretas de protección de los profesionales.
La organización sindical recuerda al ministro de Sanidad que el personal sanitario está expuesto a ambientes contaminados o con alto riesgo de contaminación por aerosoles portadores del SARS-CoV-2, ya que se van acumulando en los ambientes cerrados procedentes de los pacientes y familiares y quizá, en algún caso, por compañeros de trabajo que aún no tienen síntomas o están en una fase inicial de la infección que es cuando más poder de transmisión tiene el virus.
Asimismo, SATSE subraya que se está produciendo aún un alto número de contagios entre el personal sanitario, los cuales, según la evidencia científica, se registran en su mayoría en su lugar de trabajo, por una exposición constante a aerosoles. Por ello, insiste en que los profesionales sanitarios están expuestos de forma constante, aunque sea en pequeñas dosis (turnos que van de 7 a 24 horas), y aunque lleven una mascarilla quirúrgica, ya que ésta no proporciona la suficiente protección.
“Son ya más de 83.000 los profesionales sanitarios contagiados en nuestro país y no podemos permitir que esta cifra siga creciendo cuando está en nuestra mano poner todas las medidas de protección necesarias para minimizar los riesgos al máximo para un colectivo que sigue enfrentándose con la mayor diligencia y profesionalidad a una crisis de salud pública sin precedentes”, concluye.